Afectados por el racionamiento de 48 horas
Las medidas de la AAA para enfrentar la sequía parecen afectar más a la población envejeciente
En el Condominio El Monte Norte, en Hato Rey, un 40% de los residentes son ancianos, lo que dificulta que puedan tomar medidas adecuadas para enfrentar el racionamiento de agua de 48 horas que entra en vigor a partir de esta semana.
Esta situación no es exclusiva de este complejo de vivienda, sino que se repite en otros edificios y urbanizaciones del área con una alta población de envejecientes que dependen de la represa Carraízo, en Trujillo Alto, para recibir el servicio de agua.
“Aquí (en el condominio El Monte Norte) hay mucho anciano y mucha gente enferma. Se quejan de que no pueden lavar. Tengo enfermos, gente mayor encamada que necesita aseo constante”, dijo el administrador del condominio, Carlos Torres.
Explicó que a esos residentes los insta a buscar agua en una pluma ubicada en el primer piso del condominio, donde usualmente siempre hay “un chorrito de agua”.
Torres precisó que gracias a dos cisternas han podido manejar la falta de agua. La directiva de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) anunció que, a partir de mañana miércoles, comenzará la segunda fase del racionamiento para los abonados de la represa Carraízo, que contempla el corte del servicio por dos días.
“(Con el racionamiento de 48 horas) va a disminuir el servicio que puedo brindar (con las cisternas). Especialmente lavandería, que no la van a tener disponible. Les causaría problemas a los encamados, el aseo personal”, explicó Torres.
Anita Taylor, quien trabaja en la industria de la banca, contó que ha cambiado su rutina diaria para ajustarla a los días en que tiene agua. Dijo que se le hace un poco difícil el manejo de los baños cuando no hay agua, pero de inmediato reconoció que hay vecinos que tienen una faena más ardua. “Hay otras personas en el edificio que tienen un peso mayor porque están cuidando a personas enfermas o encamadas”, dijo.
“Esas personas tienen familiares y están acompañadas, pero se les hace difícil”, dijo, por su parte, la profesora retirada de la Universidad de Puerto Rico, María Luisa Sophistic. La mujer, de 75 años, contó que desde el 13 de mayo, cuando comenzó el racionamiento de agua para los abonados de la represa Carraízo, ha habido “guerra” con la lavandería. La necesidad de lavar ropa y la carencia de agua hacen que la gente “corra” a lavar cuando hay agua, dijo la profesora jubilada.
Las cerca de 600 personas que viven en El Monte Norte, en 311 apartamentos, dependen de un solo salón de la- vandería, dijeron Torres y Sophistic
De hecho, durante la visita de El Nuevo Día, en varias ocasiones se veían residentes cargando galones de agua embotellada en carritos de compra. Otros abandonaban el condominio con canastas de ropa sucia.
Viendo esa dinámica y cómo se altera la rutina diaria, Angie Álvarez, de 65 años, lamentó que el gobierno, específicamente la AAA y el Departamento de Salud no hayan sido proactivos en informar al pueblo sobre qué hacer y cómo manejar el agua almacenada.
“Debe haber más información a la gente para que sepa cómo darle mejor uso al agua, qué puedes hacer para