El bravo de las pistas
Ricardo Rodríguez Torres representará a Puerto Rico en bolos
Cuando Ricardo Rodríguez Torres nació en el verano de 1981, los médicos no le auguraban mucho tiempo de vida. Estaba tan débil que beberse una onza de leche le tomaba dos horas y hasta tuvo que ser operado de corazón abierto.
Sin embargo, ese no fue el mayor desafío de su crianza. Ricardo tenía Síndrome de Down, por lo que sus padres, Lydia María Torres y Bernardo Rodríguez Negrón, tuvieron que desarrollar un nuevo estilo de vida para satisfacer sus necesidades, tan distintas a las de sus cinco hermanos mayores.
“El caso de Ricardo para nosotros ha sido bastante fuerte. Él nació pequeñito, nació con muchos problemas… pero gracias a Dios hemos luchado con él. Nosotros vivimos para él”, expresó su progenitora.
Los años pasaron y este bayamonés nacido por obligación en el Centro Médico de Río Piedras retó los pronósticos médicos, creció, fue a la es- cuela y adquirió independencia en el Colegio de Educación Especial y Rehabilitación Integral (Coderi).
Aprendió a pintar, practicó natación, baloncesto y tenis, y llegó a ser cinta verde en Kung-fu. Pero fue el juego de bolos el que lo atrapó, y el deporte que en julio próximo lo llevará a competir en sus segundos Juegos Mundiales de Verano de Olimpiadas Especiales en Los Ángeles, California.
Ricardo lleva 11 años jugando bolos, 10 de ellos en la Liga Especial que tiene como sede la Bolera Paradise Lanes en Puerto Nuevo, San Juan. Formar parte de esta liga competitiva le ha dado estructura y ayudado en su proceso de socialización.
“Él mismo busca su bulto, trata de mantenerlo en condiciones, está pendiente de los días en que va a jugar y vemos el entusiasmo de él. Él se ha ido soltando, porque antes era un poquito tímido en compartir con los compañeros”, compartió Torres.
Ricardo es cabecilla de su equipo por mantener una de las puntuaciones promedio más altas. Cuando juega una vez por semana, al tirar es pura concentración, pero en los descansos saluda constantemente a sus padres y les da palmaditas en el hombro a sus compañeros.
Este fanático de la lucha libre, el bo- xeo, El Chavo del Ocho y Lazy Town trabaja desde hace 11 años en un restaurante de comida rápida, lo que lo mantiene ocupado de 10 a.m. a 2 p.m. tres días a la semana. Las tardes en su casa son para ver televisión, escuchar música, jugar en el iPad e ir al gimnasio.
“Tengo que estar fuerte”, comentó Ricardo al tiempo que se besaba ambos bíceps y enseñaba los músculos de sus brazos.
BUEN HIJO. En las noches los papeles se invierten y es él quien atiende a sus papás.
“A él le gusta mucho ayudarnos a la hora de acostarnos a dormir. Hasta que no nos acuesta y nos arropa, él no va para su cama a acostarse. El placer de él es sentir que nosotros estamos contentos”, manifestó su padre.
Hace cuatro años, Ricardo ganó dos medallas de plata en los Juegos Mundiales de Grecia, logros que presenciaron en vivo sus familiares más allegados. Este año la historia se repetirá, pues doña Lydia, don Bernardo y sus otros hijos viajarán a Los Ángeles para animarlo desde las gradas.
“Él está ansioso por que llegue ese día. Ya él sabe que va a ser el martes 21 de julio que vamos a salir para allá. Él mismo se dice que va a salir bien. También le entusiasma ver a sus hermanos que están allá”, indicó la madre.
Su entrenador, Raúl Colón, enumeró las cualidades que han llevado a su pupilo a destacarse en bolos.
“Es una persona disciplinada, organizado, sigue instrucciones al pie de la letra, no pierde la cabeza. Te diría que es un atleta ejemplar, tranquilito. Ha progresado al punto que de un promedio de 130 tiró 197 y es bien observador. Me gusta como es como persona”, sostuvo Colón.
De Ricardo también se puede decir que no se le desdibuja la sonrisa, especialmente si está con sus padres, a quienes abraza y besa efusivamente.
“Él es el motivo de nosotros vivir, de estar bien y fuertes para criarlo a él. Él es el motivo que nos mueve a nosotros a seguir hacia adelante”, resumió don Bernardo.
“Esperamos que todo le salga bien, que pueda ejercer su juego como debe ser” LYDIA MARÍA TORRES Madre de Ricardo