El papa da regaño a obispos boricuas
Durante visita obligada de rendición de cuentas establece cuáles deben ser sus prioridades
En su discurso ayer a los obispos de Puerto Rico con motivo de su primera visita de rendición de cuentas ante él, el papa Francisco los exhortó a trabajar en unidad sin dejar que ideologías políticas los distraigan, a acoger y guiar a los sacerdotes, promover la vocación sacerdotal y, en particular, a cuidar el sacramento del matrimonio de la “ideología de género”.
La visita ad limina Apostolorum, que se extendió del 1 al 8 de junio, se realiza cada cinco a diez años para informar al Papa el estado del gobierno en cada diócesis. En la Isla hay seis diócesis.
“No gasten energías en divisiones y enfrentamientos, sino en construir y colaborar. Ya saben que, cuanto más intensa es la comunión, tanto más se favorece la misión. Sepan tomar distancia de toda ideologización o tendencia política que les puede hacer perder tiempo y el verdadero ardor por el Reino de Dios. La Iglesia, por razón de su misión, no está ligada a sistema político alguno”, expresó el Papa a los líderes locales en el discurso, publicado en el boletín electrónico del Vaticano, La Santa Sede.
Les recordó que son modelo de los sacerdotes, a quienes les pidió acoger, escuchar y guiar. De igual manera les recalcó que “para tener buenos pastores es necesario cuidar la pastoral vocacional, de manera que haya un numero adecuado de vocaciones, y especialmente los seminarios”.
Una misión específica que les encomendó fue la de consolidar cada vez más la pastoral familiar “ante los graves problemas sociales que la aquejan: la difícil situación económica, la emigración, la violencia doméstica, la desocupación, el narcotráfico, la corrupción”. Entonces hizo referencia a lo que llamó “ideología de género”.
“La complementariedad del hombre y la mujer, vértice de la creación divina, está siendo cuestionada por la llamada ideología de género, en nombre de una sociedad más libre y más justa. Las diferencias entre hombre y mujer no son para la contraposición o subordinación, sino para la comunión y la generación, siempre a ‘imagen y semejanza’ de Dios. (...) El sacramento del matrimonio es signo del amor de Dios por la humanidad y de la entrega de Cristo por su Esposa, la Iglesia. Cuiden este tesoro”, expresó.
Por último, el pontífice enfatizó que uno de los mayores retos de los obispos es ejecutar un Plan Pastoral de Conjunto en el que “debe estar siempre presente la dimensión misionera”.