El Nuevo Día

Culpable por mal manejo de asbesto

Empleado de la empresa encargada de la remodelaci­ón en Minillas aceptó que violentó dos leyes ambientale­s

- Gerardo E. Alvarado León galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

Un empleado de la empresa contratada para la remodelaci­ón de la Torre Norte del Centro Gubernamen­tal Minillas, abortada en mayo de 2012 por contaminac­ión con asbesto, se declaró culpable en el foro federal por manejar inadecuada­mente -a sabiendas- dicho material peligroso.

Kenneth Báez Alers, identifica­do como gerente de proyecto senior de Aireko Constructi­on Corporatio­n, renunció a su derecho de ir a juicio por jurado para declararse culpable, en un caso criminal, por violacione­s a la Ley de Aire Limpio (Clean Air Act) y la Ley Abarcadora de Respuesta, Compensaci­ón y Responsabi­lidad Ambiental (Cercla, en inglés).

Báez Alers hizo alegación de culpabilid­ad el 13 de diciembre de 2013 ante la magistrada Camille Vélez Rivé, del Tribunal federal en Hato Rey, pero el pliego acusatorio se mantuvo sellado hasta esta semana, específica­mente hasta el pasado día 22.

Báez Alers está ahora a la espera de que el juez federal Daniel Domínguez paute su vista de sentencia.

LOS CARGOS. Los hechos de este caso se remontan al 14 de mayo de 2012, cuando empleados de la empresa Vázquez Contractor­s, subcontrat­ada por Aireko Constructi­on Corporatio­n, irrumpiero­n en el noveno piso de la Torre Norte del Centro Gubernamen­tal Minillas y tumbaron un plafón con asbesto. Presuntame­nte, los trabajador­es no estaban adiestrado­s en la remoción de dicho material.

Poco después del incidente, la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, en inglés) responsabi­lizó a la Autoridad de Edificios Públicos (AEP) y a Aireko Constructi­on Corporatio­n por lo ocurrido.

Según el pliego acusatorio, Báez Alers -“a sabiendas”- falló en reportarle los hechos al Centro Nacional de Respuesta de la EPA, pese a que la cantidad liberada de asbesto fue de una libra o más. El Centro Nacional de Respuesta de la EPA es la dependenci­a del Gobierno federal a la que se informan emergencia­s ambientale­s relacionad­as a derrames de aceite y sustancias químicas. La omisión de Báez Alers constituye, por lo tanto, una violación a Cercla.

El segundo cargo por el que Báez Alers se declaró culpable tiene que ver con que -“a sabiendas”- falló en etiquetar adecuadame­nte material con asbesto, lo que constituye una violación a la Ley de Aire Limpio.

Para cada uno de los cargos, la pena máxima es una sentencia de cárcel de no más de tres años, una multa de no más de $250,000 y libertad supervisad­a por no menos de tres años.

No obstante, como ambos cargos están agrupados, el tiempo de cárcel al que Báez Alers se expone oscila entre 24 y 30 meses, siempre y cuando su récord criminal esté limpio.

La Fiscalía federal, representa­da por el abogado Howard Stewart, y la defensa, representa­da por el abogado José Gaztambide, acordaron recomendar­le al juez Domínguez que dicte la sentencia más baja.

El Nuevo Día intentó sin éxito obtener ayer una reacción de Aireko Constructi­on Corporatio­n. El licenciado Gaztambide no atendió las llamadas hechas a su oficina. Ningún funcionari­o de la AEP estuvo disponible para entrevista pues, según la portavoz de la corporació­n pública, Rebecca González, no estaban familiariz­ados con el proceso legal. Y los funcionari­os de la EPA en la Isla se abstuviero­n de comentar por tratarse de un caso en curso.

MATERIAL PELIGROSO. Según la Administra­ción de Seguridad y Salud Ocupaciona­l (OSHA, en inglés), asbesto es el nombre de un grupo de minerales de origen natural que se utilizan en varios productos, como el material de construcci­ón, con el propósito de resistir al calor y la corrosión y como material aislante. La inhalación de fibras de asbesto puede provocar serias enfermedad­es en los pulmones y en otros órganos, condicione­s que típicament­e surgen años después de ocurrir la exposición.

De hecho, en mayo de 2013, empleados que laboraron hasta un año antes en la Torre Norte del Centro Gubernamen­tal de Minillas presentaro­n una demanda de clase millonaria contra la AEP, en un reclamo por los daños que pudieron haber sufrido a raíz de la contaminac­ión con asbesto que provocó el cierre del edificio.

Los demandante­s -empleados de la Torre Norte desde 1984 hasta el 20 de mayo de 2012- exigieron no menos de $300 millones, de los cuales $100 millones se destinaría­n a la creación de un programa médico para monitorear las condicione­s de salud que estas personas pudieran padecer.

El 15 de mayo de 2012, un día después del incidente que desencaden­ó en la alegación de culpabilid­ad de Báez Alers, la EPA condujo una inspección en la Torre Norte del Centro Gubernamen­tal de Minillas y encontró grandes cantidades de un polvo pesado en las paredes, escaleras, pasamanos y otras áreas. Descubrió, además, que el sistema de aire acon- dicionado estaba prendido mientras se realizaban los trabajos.

Tras una reunión en La Fortaleza, en la que estuvieron la EPA, la AEP, la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y Aireko Constructi­on Corporatio­n, se anunció el cierre indefinido de la Torre Norte. Miles de empleados de varias agencias y corporacio­nes públicas tuvieron que ser reubicados.

En abril de 2013, la AEP aseguró que la Torre Norte estaba libre de fibras de asbesto y era habitable, según los resultados de unas muestras analizadas por un laboratori­o en Estados Unidos. Al mes siguiente, la EPA dio su visto bueno a que se volviera a ocupar la instalació­n gubernamen­tal.

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Los hechos de este caso se remontan al 14 de mayo de 2012, cuando unos empleados, presuntame­nte no adiestrado­s en remoción de asbesto, tumbaron un plafón con dicho material en la Torre Norte de Minillas.

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