Empresario degollado en atentado islamista
El atacante fue un mensajero que luego embistió su vehículo contra una planta química
SAINT QUENTIN ALLAVIER, Francia - Las autoridades francesas dan prioridad a la pista del terrorismo salafista en la decapitación ayer de un empresario, en el marco de un atentado en una planta química del este del país. Yashim Salhi, empleado de una compañía de paquetería de 35 años, fue arrestado cuando manipulaba botellas de acetona de la planta que el grupo químico estadounidense Air Products tiene en el polígono industrial de Saint-Quentin-Fallavier, cerca de Lyon.
Antes había colgado en la verja de la fábrica la cabeza de su patrón, un empresario francés de 54 años que le contrató en marzo pasado, y la rodeó de banderolas con la inscripción en árabe de la “Chahada”, la exaltación de la fe musulmana.
Posteriormente, estrelló la furgoneta de la empresa de reparto en la que trabajaba contra un hangar repleto de bombonas de gas, acetona y aire líquido, según el relato del fiscal de París, François Molins.
La explosión destrozó el coche, desintegró el techo del vehículo y buena parte del almacén. Pero no causó víctimas, por lo que Salhi se dirigió hacia el otro hangar, donde fue reducido por los bomberos de un parque cercano que acudieron apenas cinco minutos después de la primera explosión. El cuerpo de la víctima fue hallado junto al vehículo y, unos metros más lejos, un cuchillo que está siendo analizado.
Aunque no quiso dar su nombre, los empleados de la empresa le conocían porque acudía habitualmente a entregar paquetes. Por eso mismo le abrieron las puertas de la planta, pese a las medidas de seguridad que la rodean por la peligrosidad de los gases que almacena.