En las tablas se siente distinto
Un actor, una actriz y un director ofrecen sus técnicas para transmitir el dolor físico o emocional
Gil “Si te conectas con la energía de tu personaje, con la energía del escritor, puedes entender el propio dolor del personaje”
El dolor -físico o emocional- es una sensación natural dentro del género del drama y para representarlo, cada actor y actriz tiene su propio libro.
Existe, sin embargo, un sistema o método que data de 1906, cuyo creador fue el actor, director y educador ruso Konstantín Stanislavski, que mantiene vigencia como técnica de actuación para alcanzar el nivel de sufrimiento requerido para algún personaje.
El Método de las Acciones Físicas o Sistema Stanislavski, como se le conoce, propone hacer una relación entre las emociones del personaje con las vivencias del propio intérprete. Recurrir a esa memoria de las emociones, según explica el experimentado director Dean Zayas, conecta al actor o a la actriz a lo que está viviendo el personaje.
“Es un sistema donde no necesariamente el actor está pasando por la experiencia que está pasando el personaje, pero sí sabe porque lo ha vivido (sea en lo personal o a través de conocidos)”.
Como director de teatro, Zayas guía al actor o actriz para que logre transmitir la emoción “sin necesidad de que tenga que sufrir el trauma”. Ese control es vital, sea en el teatro, el cine o la televisión, porque sería “imposible” -dice- que pueda alcanzar el mismo nivel de sufrimiento si no lo maneja puramente a nivel de técnica.
El actor y director Gil René asume su trabajo en las tablas como una mentira. Desde esa filosofía, no se permite recurrir a sus propios sufrimientos para transmitir los de otros. Él prefiere entrar en la piel de su personaje. “Hay muchas personas que trabajan a través de la memoria emotiva y traen sus tristezas para invocar ese sentimiento y recrearlo, a mí no me gusta hacer eso, porque terminas sufriendo
de verdad en el escenario, porque estás representando tu propio dolor, pero con las líneas en otra época, en otro personaje”, enuncia el también músico.
“Pienso que si te conectas con la energía de tu personaje, con la energía del escritor, puedes entender el propio dolor del personaje y no tienes que recurrir al tuyo y terminas no sufriendo”, sostiene.
Un trabajo artístico en el que experimentó el dolor de múltiples maneras fue Hedwig and The Angry Inch, recuerda. “'Hedwig' fue traicionado, le robaron su propiedad intelectual, le robaron sus canciones, le robaron su vida y su ilusión y encima de eso tuvo un mal practice en una operación de cambio de sexo y le dejaron una pulgada de pene, así que no era ni hombre ni mujer, se quedó en el in between y él hizo eso para poder escapar de Alemania y de momento tumban el Muro de Berlín luego de su intervención, por lo tanto su vida se convirtió realmente en un dolor perenne porque no logró lo que quería y nunca pudo ser el artista que quería ser, siendo un excelente ser humano”, detalla el actor del personaje que espera retomar.
EL RECUERDO DA VERACIDAD. Cuando la actriz Marian Pabón tiene que representar un dolor físico evoca, por ejemplo, el momento en que estaba pariendo a su hija. O cuando su personaje enfrenta una ruptura, recuerda la pérdida de una persona importante en su vida.
“Por más que sean personajes, tiene que haber algo de uno para que sea una cosa creíble y sea de verdad”, expone la actriz en contraste con su colega, lo que refleja la individualidad de cada artista para realizar su trabajo.
“Cuando vas a pasar por un dolor en una obra donde te rompen el corazón, para poder sentir lo que es ese tipo de ruptura, siempre voy a buscar un momento en mi vida donde me sentí así, y hacer eso no me va a cambiar el personaje que estoy llevando, pero le va a dar una verdad”, afirma Pabón. La pieza unipersonal Esperando tu
regreso es un trabajo del que la actriz no se puede separar emocionalmente. Sin ser la historia literal de sus padres, la actriz tejió un drama romántico basado en un cuento de su progenitora que para presentarlo en escena le es inevitable remontarse al recuerdo.
“Ahí hay muchas de las cosas que he pasado en mi vida”, comenta. Este trabajo se presentó hace cerca de un año en el teatro Victoria Espinosa y según contó la actriz en una entrevista previa, cada vez que bajaba el telón ella abandonaba el escenario “drenada”.
“Siempre salía y me metía en el camerino a llorar, a mí me saca muchas cosas, hay detalles que he sacado de mi vida y están metidos en la pieza”, compartió en enero de este año cuando la repuso en el Centro de Bellas Artes de San Juan.