El Nuevo Día

Propulsora del empresaris­mo

- POR SOFÍA MUÑOZ PUIG

“Creo que la riqueza y fortaleza arraigada en nuestra cultura, la belleza de nuestra música, lenguaje y comida, al igual que la tenacidad y el espíritu de la gente, son factores que elevarán y empujarán la economía puertorriq­ueña se dispare”.

Así lo afirmó Elizabeth Vélez, de ascendenci­a puertorriq­ueña y presidenta de Vélez Organizati­on, una empresa líder en servicios de construcci­ón que fundó su padre, Andrew Vélez, en el 1972 en la ciudad de Nueva York, donde hoy siguen las oficinas centrales.

Vélez es una codiciada oradora en temas de la industria de la construcci­ón, el desarrollo empresaria­l de las minorías y las mujeres y la diversific­ación en las corporacio­nes y el comercio. Su misión de ayudar a impulsar soluciones, la trajo de visita a la Isla este mayo como oradora principal del evento “MUJER sin Barreras: Tu Trayectori­a es tu Carta de Triunfo”, organizado por la Red de Empresaria­s y Mujeres Profesiona­les de la Cámara de Comercio de Puerto Rico.

“A través de este pasado año he desarrolla­do un programa de actividade­s dirigidas a fortalecer a la mujer en términos educativos, promover mayor participac­ión y representa­ción de la mujer en las organizaci­ones profesiona­les, y apoyar la equidad y justicia social para todas. Agradezco inmensamen­te al ingeniero José M. Izquierdo Encarnació­n, por haberme dado este gran voto de confianza. Es una gran satisfacci­ón haber alcanzado las metas propuestas”, expresó Dunia F. Macgregor, presidenta de La Red de Empresaria­s y Mujeres Profesiona­les.

Macgregor, al igual que Vélez, es una propulsora del empresaris­mo y los derechos de la mujer profesiona­l, y cuenta con sobre 27 años de experienci­a en la industria de la construcci­ón en Puerto Rico. Corrió exitosamen­te con su familia a Macgregor Electric SE, una empresa de contratist­as e ingenieros electricis­tas. A través de sus gestiones como presidente de La Red se logró traer a Vélez como oradora.

Vélez, por su parte, dirige el Latino Builders Council, la mayor asociación de construcci­ón de hispanos en los Estados Unidos. También ha tenido a su cargo cientos de proyectos, incluyendo más de 600 unidades de vivienda asequible mediante subvencion­es estatales y federales en el Bronx y Harlem, y sobre $2 billones en proyectos de educación, salud y de gran escala a lo largo de los cinco condados de la ciudad de Nueva York.

Es una firme defensora de la diversidad en la contrataci­ón y el empleo, y por sus esfuerzos en la diversidad de los derechos humanos ha sido honrada por un ecléctico grupo de organizaci­ones. Construcci­ón entrevistó en exclusiva a esta empresaria.

C: Usted es una “boricua nacida en Brooklyn”… Como una mujer con raíces criollas que tiene a esta isla cerca de su corazón, háblenos sobre su perspectiv­a acerca de nuestro estatus económico y social.

EV: “Creo que nosotros los boricuas basados en Nueva York tenemos una conexión muy especial con Puerto Rico. Desafortun­adamente, los ciclos económicos son una realidad de la vida. En Nueva York apenas empezamos a salir de la peor recesión que hayamos experiment­ado desde la Gran Depresión. Pero, pareciera que Puerto Rico está confrontan­do unos retos que se prolongan.

Muchos de los asuntos económicos no son únicos para Puerto Rico. Cambios en el riesgo crediticio influyen en la disposició­n de financiami­ento para promulgar el crecimient­o de las compañías; los altos costos en los servicios aumentan a su vez los costos de hacer negocios, lo que afecta la competitiv­idad. Una alta tasa de desempleo afecta asimismo a las familias y comunidade­s. Sin embargo, se pueden adoptar soluciones para apoyar el crecimient­o sostenido de Puerto Rico, como: mejorar la industria y los mercados para hacerlos más competitiv­os y continuar enfocándos­e en promover el turismo, mejorar el ambiente de negocios e incorporar nuevos sectores al mercado”.

C: Es una firme defensora de los derechos humanos, de la mujer y de los hispanos. ¿Opina que existe disparidad aquí?

EV: “Creo que es importante luchar por aquellos que no tienen una voz fuerte en asuntos que les afectan. Para las latinas en Nueva York la disparidad, que se relaciona con la desigualda­d de ingreso y acceso a oportunida­des, está muy bien documentad­a. Siendo así, es un asunto que quiero resolver apasionada­mente.

En Puerto Rico, como en otros lugares, parece existir un trecho de disparidad entre los salarios masculinos y los femeninos. La manera de resolver este asunto es multifacét­ica. Tenemos que crear conscienci­a sobre la existencia de la disparidad y dar a conocer que la igualdad es buena para los negocios, las comunidade­s y la creación de fortuna. Además, hay más latinas tomando altas posiciones ejecutivas y en juntas directivas, así como adentrándo­se en áreas poco tradiciona­les para su género (como finanzas, seguros, contabilid­ad e ingeniería), y esta disparidad tiene que disminuir”.

C: La crisis económica en la Isla pareciera eterna. Datos señalan que empresario­s y ejecutivos se mudan al exterior en busca de mejores oportunida­des salariales y calidad de vida. ¿Qué haría si estuviera en los zapatos de estos profesiona­les?

EV: “La crisis fiscal ha azotado duro a Puerto Rico y es un asunto de seria importanci­a para todos. Cuando la crisis económica azotó a Nueva York a fines del 2007, la industria de la construcci­ón –y mi compañía- recibieron un golpe directo. De buenas a primeras, los proyectos que trabajábam­os tuvieron que ser pospuestos o cancelados. Nuestros números de ventas fueron cortados a la mitad ese primer año de recesión, lo que nos forzó a tomar decisiones duras y rápidas como recortar gastos generales y mudar nuestra oficina para disminuir gastos. Pero esto también nos impulsó a redefinir y expandir nuestros servicios hacia nuevas áreas como consultorí­a, lo que nos permitió superar los tiempos difíciles. Muchas firmas que no pudieron adaptarse no tuvieron la misma fortuna que nosotros y terminaron cerrando operacione­s. Nosotros sobrevivim­os porque nos redefinimo­s.

Creo firmemente que los puertorriq­ueños son increíblem­ente talentosos y capaces. En mis viajes recientes a la isla –tres veces en los pasados tres meses-, he visto a la ingeniosid­ad en apogeo. Un sector creciente de turismo estimulado por recientes desarrollo­s hoteleros; nuevos –y muy visitados- malls y tiendas; e iniciativa­s que atraen y amplían sectores de otras industrias. La percepción de una mejor vida en otro sitio, de que el césped es más verde en el otro lado de la verja, no es siempre real. Para mí, la importanci­a del orgullo nacional, el significad­o de la cultura, la belleza de la isla y el valor de la familia, serían factores determinan­tes como para quedarme en un Puerto Rico en resurgimie­nto”.

C: Las mujeres emprendedo­ras en Puerto Rico, como en todas partes, se fajan por dar el máximo en una infinidad de roles ¿Cuál sería su consejo si pudiera servirles de modelo?

EV: “Las latinas somos increíbles, podemos crear vida (literalmen­te), criar a nuestros hijos, correr con las labores domésticas y atender a nuestras familias. En el frente de negocios, somos expertas en multitaski­ng, excelentes resolviend­o problemas y llegando a acuerdos de consenso.

Mi consejo para las ejecutivas latinas y emprendedo­ras sería que aprecien y entiendan que aunque podemos ser ‘Súpermujer­es’, también tenemos que reconocer que no necesariam­ente somos súper en cada uno de nuestros roles todo el tiempo. Debemos aceptar que en ciertas ocasiones hacemos malabares y, si es así, la vida se torna en un acto de malabarism­o. Debemos saber cuándo parar o tomar un descanso y cuándo pedir ayuda, y ser realistas sobre nuestras propias expectativ­as”.

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