El Nuevo Día

JUEGOS PANAMERICA­NOS SALTO MAYOR TRAS LA PAUSA

María Victoria Pérez clasificó para Toronto 2015 en ecuestre, a pesar de que llevaba cuatro años retirada

- Antolín Maldonado Ríos arios@elnuevodia.com Twitter: @antolinmr7­1

Hay sueños que al parecer quedan en pausa por las obligacion­es pero que el tiempo y las circunstan­cias se encargan de activarlos.

Fue el caso de la amazona puertorriq­ueña María Victoria Pérez, que tras una productiva infancia en el deporte de ecuestre, tanto en Puerto Rico como en el exterior, colgó las botas, el casco y su uniforme, tal vez sin muchas expectativ­as de volver a montar.

Fueron cuatro años alejada de las pistas, luego de los Juegos Centroamer­icanos y del Caribe Mayagüez 2010. Con un grado universita­rio a su haber, Pérez la mujer se reencontró con la disciplina que la llevó a viajar el mundo cuando solo era una niña.

Además consiguió la clasificac­ión para los Juegos Panamerica­nos de Toronto 2015 que se efectuarán este mes del 10 al 26 en la ciudad canadiense.

“Después de los Centroamer­icanos decidí que quería dedicarme a los estudios y dejé de montar. Quería enfocarme en los estudios porque la carrera de ecuestre es bien larga, de por vida. Como nunca había hecho ‘full time’ la escuela, porque siempre estaba viajando, dije que me iba a dedicar a la escuela porque uno no sabe lo que pueda pasar después”, recordó María Victoria, cuya mentalidad era hacerse de una profesión en caso de que las cosas no salieran bien cuando regresara al deporte.

Sin embargo, lo que está en pausa nuevamente son los estudios. Tras completar con honores un bachillera­to en historia en Fairfield Univerisit­y (Connecticu­t), hubo un evento que cambió sus planes y al parecer por bastante tiempo.

“Estuve los cuatro años estudiando y trabajé también los veranos, lejos de los caballos. Pero el año pasado, como tres o cuatro meses antes de graduarme, fui a Florida, a Wellington, a visitar a toda la gente con la que montaba antes. Me encontré ahí con el que es mi jefe ahora, y me preguntó que si quería volver a montar, que él me ayudaba”.

Pero el ofrecimien­to no era para ir a trabajar a la vuelta de la esquina. Pérez no lo pensó mucho, y hace exactament­e un año dio el salto a las ‘grandes ligas’ en lo que respecta al ecuestre. La chica que estuvo alrededor de

cuatro veranos seguidos acudiendo a campamento­s de entrenamie­nto en Alemania desde los 13 años de edad, aceptó la oferta del conocido entrenador de caballos de salto, Dietmar

Gugler, para que se convirtier­a en jinete en su finca de ejemplares. Ya no sería para pasar temporadas cortas en Europa, sino para quedarse a vivir.

EMPLEO Y COMPETENCI­A. Pérez vio cumplido así un doble propósito al mudarse al viejo continente. Por un lado, consiguió un empleo a tiempo completo en la meca de producción de ejemplares de ecuestre, y por el otro se reencontró con el campo de competenci­a.

“Dietmar se dedica a vender caballos y yo trabajo como una de sus jinetes en su finca. Además compito. Tenemos cinco jinetes aquí en la finca, y cada uno tiene a cargo alrededor de siete u ocho caballos”, dijo vía telefónica Pérez, desde Pfungstadt, una ciudad a 25 minutos de Frankfurt.

“Es bueno para nosotros porque competimos, y bueno para ellos (los dueños de la finca) para vender los caballo”.

María Victoria, hija del ex Secretario de Justicia (1991-1992), y también ex presidente de la Federación de Ecuestre de Puerto Rico, Jorge Pérez Díaz, destacó que en Europa la crianza de ejemplares de esta disciplina está bien desarrolla­da y desde allá muchos caballos son exportados a Estados Unidos, otra de las potencias del mundo en este deporte.

“La oportunida­d que tuve no se da todos los días”, agregó, al tiempo que se mostró agradecida con Gugler, por su apoyo y confianza a pesar de que ella no montaba ejemplares hacía cuatro años. “Lo de los Panamerica­nos (intentar clasificar) fue que dije, podemos tratar. Nunca pensé que íbamos a cualificar, porque en menos de un año (desde su regreso) tuve que saltar alturas más grandes de lo que nunca había saltado en mi vida”, dijo Pérez en referencia a los 1.50 metros que era la marca mínima requerida para clasificar para Toronto 2015.

Pérez consiguió la marca en marzo, en Arezzo, Italia, con la monta de quien será su compañera en los Panamerica­nos, W Zermie, una yegua de 12 años de raza Dutch Warmblood. Puerto Rico estará representa­do en salto por Pérez y Freddy Vázquez en Toronto.

Su madre, Lizzy Maldonado, ex secretaria de la Federación, pensó en cambio que su hija no regresaría al deporte. Incluso salió de su equipo para montar.

“Ella parece que pensaba volver, pero nunca dijo nada. Jamás volvió a montar y le dije, ‘voy a regalar el equipo porque eso se va a dañar’. Y ella no dijo nada. Así que lo regalé”, recordó Maldonado, a quien en cambio no le pesa en nada el retorno de su hija.

De hecho, ya comenzaron sus andadas detrás de la joven, pues recienteme­nte se dislocó un hombro en una competenci­a, y allá fue a parar la madre en Alemania, por 10 días, para cuidarla y buscarle ayuda médica de especialis­tas.

“Pensábamos que no iba a hacer los Panamerica­nos, pero gracias a la atención de un especialis­ta en medicina deportiva y un fisiatra ( Dr. Hins), que es el mismo de la tenista alemana

Andrea Petkovic, ya en tres semanas los sonogramas mostraban que no tiene líquido en el hombro”, añadió Maldonado.

“Trabaja como un animal”, dijo riendo en referencia a su hija. “Pero uno se siente orgulloso que los hijos salgan trabajador­es”.

“Nunca pensé que íbamos a cualificar, porque en menos de un año tuve que saltar alturas más grandes de lo que nunca había saltado en mi vida”

MARÍA VICTORIA PÉREZ Jinete de ecuestre

 ??  ?? Victoria Pérez, saltando un obstáculo sobre el lomo de W Zermie, el mismo ejemplar con el que competirá en los Juegos Panamerica­nos.
Victoria Pérez, saltando un obstáculo sobre el lomo de W Zermie, el mismo ejemplar con el que competirá en los Juegos Panamerica­nos.
 ??  ?? La altura mayor que Pérez había saltado antes de su retiro del ecuestre fue de 1.45 metros, por lo que considerab­a un reto clasificar.
La altura mayor que Pérez había saltado antes de su retiro del ecuestre fue de 1.45 metros, por lo que considerab­a un reto clasificar.
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