BREVES RELATOS
Peter M’Quhae,
capitán de la fragata HMS Daedalus, y sus oficiales reportaron en 1834 una especie de serpiente de mar de más de 18 metros de largo a la que divisaron durante cerca de 20 minutos cuando bordeaban el Cabo de Buena Esperanza, en el Pacífico Sur. El animal, de una especie desconocida, nadó alrededor del Daedalus emergiendo durante algunos instantes para emitir un largo sonido que parecía el llanto de un niño. El monstruo se hundió y no volvió nunca más.
La tripulación
del HMS Waxpole afirmó a inicios de siglo 19 haber divisado una serpiente de más de 100 metros de longitud que levantó la embarcación y casi los arrastra a las profundidades cuando emergió creando un poderoso remolino.
Otro relato
increíble vino del capitán James Stockdale en mayo de 1850, cuando su navío Rob Roy se encontraban cerca de la isla de Santa Helena. El vigía lo alertó cuando se topó con la enorme cabeza de una serpiente de mar que se erguía sobre el agua a casi dos metros de altura. “Cubierta de escamas, su coloración era verde-grisácea, siendo el hecho más sorprendente sus enormes ojos amarillos, visibles incluso en la oscuridad de la noche y bajo el agua”.