Nicaragua, tierra de lagos, ron y volcanes
Es una experiencia llena de aventuras, sorpresas, bellos paisajes, gente extraordinaria, pueblos históricos y selva virgen.
Estuvimos siete días recorriendo parte de Nicaragua por algunos de sus más bellos destinos. Esta fue una experiencia llena de aventuras, sorpresas, bellos paisajes, gente extraordinaria, pueblos históricos y selva virgen. Decidí, entonces, compartir los acontecimientos de nuestra travesía a través de esta crónica. Los protagonistas somos ocho puertorriqueños, amigos todos, que con una excelente coordinación de nuestra agencia de viajes, Hectours, en Puerto Rico, y Geotours, en Nicaragua, pudimos gozarnos el viaje.
Cuando me planteaba un viaje a Centroamérica, Nicaragua era una de mis últimas opciones. No parecía un lugar muy recomendable. Eso decía la gente con quien yo consultaba esta posibilidad. Sin embargo, un mundo maravilloso se abrió ante nuestros ojos y con una hora de conversación me llevaron a otra realidad. Menos mal que mi instinto supera la sensatez, pues de otra manera me hubiera perdido uno de los países más sorprendentes que he conocido.
La comida típica es el gallo pinto, que, a pesar del nombre, no es carne, sino frijoles con arroz, base o acompañamiento inevitable en todos los platos nicas. La fritanga también es omnipresente, formada por carne a la brasa y guineo frito, son el fast food de los puestos callejeros en plazas y mercados. En las calles se oyen gritos de: "llevo aguacateees " o "papaaaya fresca".
Así, pues, disfrutamos de ciudades como Granada, encantadora ciudad de estilo colonial ubicada a orillas del lago de Nicaragua. Zopango, isla privada con un ambiente natural único e increíble vistas del volcán Mombacho y la bahía, nos invitó a tener un momento de relajación inolvidable. Conocimos también a isla Ometepe, cuyo nombre en náhuatl significa "dos cerros", alberga a dos majestuosos volcanes unidos por un corto istmo y es, actualmente, uno de los destinos naturales preferido por turistas nacionales y extranjeros por su ambiente hospitalario y pasivo, sus hermosos paisajes y sus dos volcanes.
Por otro lado, está el mercado de Masaya, para comprar, comprar y comprar. La ciudad de Managua es una parada obligatoria para cualquier viajero que visite Nicaragua. Es la única puerta de entrada internacional vía aérea del país. Desde el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino se llega con facilidad al centro de la ciudad, donde se conserva gran parte de la riqueza histórica y cultural.
También disfrutamos del tour Flor de Caña en Chichigalpa. ¿Qué se puede decir de la ciudad de León? Si a la belleza de sus iglesias, casas coloniales y plazas añadimos la alegría que dan los cientos de estudiantes que estudian en sus universidades enclavadas en el centro de la ciudad, la cercanía del océano Pacífico (apenas 18 kilómetros) y el espíritu de Rubén Darío que parece impregnar todo, entenderás que resulte difícil de olvidar. Por último, la ciudad de San Juan del Sur resultó ser un delicioso y minúsculo pueblecito del Pacífico rodeado de pequeñas y desiertas playas. Allí pudimos ver el Cristo de La Misericordia, que fue una bella sorpresa.
Así terminó mi viaje por Nicaragua adonde espero volver alguna vez para poder conocer muchísimos lugares a los que no pudimos ir (el río San Juan, la zona del Atlántico y las Regiones Autónomas con la mayor selva de Centroamérica, entre muchas más).