Paso a paso
Lorna Otero nos ofrece esta guía para que quien no conoce pueda ir reconociendo lo que es ir trabajando en calmar la mente.
La meditación es la mente que se concentra en un objeto virtuoso, y es el recurso principal para conseguir la paz mental. La práctica de la meditación es un método para conectar nuestra mente con la virtud.
Mientras más nos familiaricemos con ella, mayor paz y tranquilidad disfrutaremos. Al principio debemos elegir el nivel con el que nos sintamos más cómodos para después ir avanzando de manera gradual. La primera etapa de la meditación consiste en disipar las distracciones y lograr claridad y lucidez mental. Esto se puede lograr con un ejercicio sencillo de respiración.
Primero elegimos un lugar tranquilo para meditar y nos sentamos en la postura tradicional con las piernas cruzadas o de cualquier otra forma que te resulte cómodo. Lo más importante es mantener la espalda recta para evitar dormirse.
Mantén los ojos entreabiertos y enfoca la atención en la respiración. Respiramos por la nariz sin intentar controlar el proceso y reconocer la sensación del aire entrando y saliendo por la nariz.
Esa sensación es nuestro objeto de meditación. Nos concentramos en él, intentando olvidar todo lo demás. Si descubres que tu mente se agita más con esta práctica o se va hacia las preocupaciones observamos el momento y regresamos a concentrarnos en la respiración.
Repetimos este ejercicio tantas veces como sea necesario hasta que la mente se concentre en la respiración y los pensamientos satélites no interrumpan el momento.
Este ejercicio de respiración es una etapa preliminar de la meditación, sin embargo es muy eficaz para avanzar en la práctica.
Fuente: Información tomada del libro: Nuevo Manual de Meditación de Gueshe