Surgen aliados en la batalla contra los refrescos
Doctora que trabajó en exitoso impuesto contra esas bebidas intercambia ideas con representante
El problema de las enfermedades crónicas asociadas a la mala alimentación, como la diabetes, es uno que cada vez azota con más fuerza, y Puerto Rico es una de las naciones más golpeadas, por lo que, en opinión de la doctora Lynn Silver, deben fomentarse las iniciativas destinadas a promover una mejor alimentación, como la propuesta de un impuesto a las bebidas azucaradas para desincentivar su nocivo consumo.
Silver, de visita en la Isla para participar en la Tercera Cumbre de las Américas sobre Nutrición y Alimentación, se reunió con la representante Luisa “Piti” Gándara, autora del proyecto 1844 que busca establecer un Fondo de Inversión en la Niñez Temprana que se financiaría a través de un impuesto a las bebidas azucaradas. Ambas intercambiaron ideas sobre dicho proyecto, aprovechando la experiencia de Silver, quien trabajó en California y Nueva York con proyectos similares, uno de los cuales llegó a aprobarse con éxito en la localidad de Berkeley.
“Necesitamos mucho más liderazgo legislativo, en todos los países. En California (Berkeley) finalmente ganamos. Allí en Berkeley las grandes empresas llevaron a sus obreros a protestar contra el proyecto, luego de amenazar con cierres y despidos. Pero nosotros conseguimos también sindicatos que nos apoyaron, entre ellos la policía”, dijo Silver, especialista en pediatría, recordando el proceso que terminó en noviembre del año pasado con la ciudad aprobando el primer impuesto en la nación sobre las bebidas azucaradas.
“En Berkeley quedaron tan impresionados con la campaña en contra que hizo la industria que más gente de lo esperado votó a favor”, recordó Sil- ver sobre el voto de 75 por ciento para aprobar el impuesto.
Sin embargo, Silver advirtió que Berkeley es una ciudad con una población particularmente educada, y con un historial de aprobar medidas pioneras y de avanzada, como fue la prohibición de fumar dentro de locales.
Una medida similar en San Francisco recibió 54 por ciento de apoyo popular, pero eso no fue suficiente para ser aprobada. En Nueva York también se intentó sin éxito poner un impuesto sobre esas bebidas.
“En Berkeley conseguimos apoyo comunitario. Hubo gente que fue casa por casa explicando. Tuvimos apoyo del consejo de la ciudad”, recordó Silver, añadiendo que otras personalidades reconocidas también se sumaron a la iniciativa. “Llevamos la educación a los padres. Hay que invertir tiempo, pero funciona. Vale la pena”.
Silver destacó que “hemos trabajado mucho en áreas más pobres. La diabetes ha sido tan grave en esas comunidades, que están empezando a ganar conciencia”.
En Puerto Rico, de hecho, el consumo excesivo de esas bebidas y otros alimentos poco saludables está causando graves problemas. Según los números que aportó Gándara, tan solo bajo el plan de salud del gobierno hay registrados 9,356 niños con diabetes y más de 20,000 con enfermedades cardiacas. Esa epidemia le cuesta al país $73 millones anuales en el tratamiento de esos niños con diabetes.
A pesar del problema, la representante lamentó que apenas hubiera apoyo entre las organizaciones de profesionales cuando se proponen medidas para buscar una alimentación más saludable.
Silver añadió que la medida del impuesto ha probado ser eficaz en México. “En tan solo dos años se está viendo el efecto del impuesto. En el último mes el consumo de esas bebidas ha caído en 12 por ciento”.
Silver explicó que, entre otras ideas para combatir la industria de las bebidas azucaradas, se ha pensado en ponerles una advertencia en las etiquetas, tal como se hizo con los ci- garrillos, colocar letreros de advertencia en los mostradores de tiendas y mercados, así como en ‘billboards’, y hasta limitar el tamaño de los recipientes en que se venden. Asimismo, han creado comerciales para presentar la verdad detrás del consumo de esas bebidas, y a la vez hacer frente al constante bombardeo de anuncios de las compañías productoras.
En la reunión también participaron el doctor Rubén Grajeda, el doctor Raúl Castellano y Samira Sánchez, representantes de la Organización Panamericana de la Salud.
“Estamos viendo una nueva forma de malnutrición. Son niños que están obesos, pero malnutridos, anémicos, con problemas en los huesos. No tienen acceso a alimentos de calidad”, comentó Grajeda.
El organismo regional de la Organización Mundial de la Salud apoya las medidas para combatir la epidemia de diabetes y enfermedades cardiacas, incluyendo la disminución del consumo de bebidas azucaradas.
“Hay que ser creativos para llegar a más personas. Necesitamos una iniciativa de país”, expresó Castellano, al tiempo que llamó a mantener un intercambio de información con instituciones que trabajan en este tipo de iniciativas.