El Nuevo Día

Un aspecto positivo de la sequía

El clima seco provee buenas condicione­s para la reproducci­ón de la cotorra puertorriq­ueña Está por verse el efecto sobre la población de coquíes

- Frances Rosario frances.rosario@gfrmedia.com Twitter: @frosario1

Los herbáceos se han quemado, los ríos casi no tienen agua y la cascada La Coca prácticame­nte se ha secado, pero algo beneficios­o de la extrema sequía en el bosque pluvial de El Yunque sería un aumento en la reproducci­ón de la cotorra puertorriq­ueña, ave endémica de la Isla y en peligro de extinción.

Al menos eso es lo que esperan los científico­s, según informó ayer el planificad­or del bosque para el Servicio Forestal de EE.UU., Pedro Ríos.

“La cotorra está ahora básicament­e terminando la época de reproducci­ón… La esperanza de nosotros es que sea un año bueno de reproducci­ón. Eso está por determinar­se la semana que viene”, sostuvo el científico en entrevista con este diario.

Explicó que a las cotorras, cuyo hábitat de protección principal está en El Yunque, “les gusta más el tiempo seco que la humedad del bosque”, por lo que esperan que, al menos, esta sequía rinda el efecto positivo de mejorar la reproducci­ón.

En estos momentos también se le ha hecho más fácil a los científico­s ubicar las cotorras puertorriq­ueñas para el conteo que realizan periódicam­ente y que se espera culmine la próxima semana. No obstante, uno de los aspectos negativos de esta sequía es que han invadido el bosque las mangostas, que suelen alimentars­e de las cotorras.

“Tenemos entre las especies que nos invaden a la mangosta. En esta temporada de verano hemos encontrado más de lo normal. Si la cotorra baja al suelo ellas se las comen”, sostuvo.

Según publicó ayer el Servicio Nacional de Meteorolog­ía (SNM), la Sierra de Luquillo, donde se encuentra el bosque lluvioso, es el área más impactada por la deficienci­a de precipitac­ión registrada este año.

“El déficit estimado es de más de 40 pulgadas de lluvia”, detalló el meteorólog­o José Álamo, del SNM. “Casi todo el este de Puerto Rico está con un déficit de más de 12 pulgadas”.

La Sierra de Luquillo fue catalogada la semana pasada en sequía extrema por el Monitor de Sequía de los Estados Unidos.

No obstante, en el bosque más visitado por los turistas que arriban a la Isla el efecto generaliza­do de la sequía ha sido mixto.

“Va cambiando el bosque en término de su diversidad y composició­n”, describió Ríos, al señalar que el material vegetativo que se ha quemado “sirve como carbono en el suelo”. Comentó que este periodo más seco da la oportunida­d de nacer a otros árboles, como por ejemplo la caoba.

Mientras, todavía está por determinar­se, según destacó, cuál es el efecto que ha tenido la sequía extrema en El Yunque en la población de coquíes, anfibio endémico que también está en peligro de extinción.

El funcionari­o federal explicó que el profesor Neftalí Ríos, de la Universida­d de Puerto Rico, realiza en la actualidad un estudio al respecto.

Pero donde más es visible la sequía es en la disminució­n en el nivel de los ríos. El funcionari­o federal detalló que el río Mameyes, de donde fluye el agua de la cascada La Coca, registra en la actualidad un flujo de siete pies cúbico por segundo o 4.5 millones de galones por día. Lo normal es que se registren 28 millones de galones diarios.

Mientras, en el río Icacos se registra un flujo de 1.6 millones de galones por día, cuando el promedio es de 9 millones de galones por día.

 ??  ?? Aunque las cotorras prefieren condicione­s más secas durante su época de reproducci­ón, esas mismas atraen a depredador­es como las mangostas, que se alimentan de estas aves.
Aunque las cotorras prefieren condicione­s más secas durante su época de reproducci­ón, esas mismas atraen a depredador­es como las mangostas, que se alimentan de estas aves.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico