El Nuevo Día

“Vamos a articular un buen plan”

El secretario de Justicia, César Miranda, detalla los retos legales y constituci­onales que enfrenta el ELA al intentar renegociar su deuda

- Limarys Suárez Torres lsuarez1@elnuevodia.com Twitter: @Limarys_Suarez

La clave para atender la profunda crisis fiscal, que ya llevó a Puerto Rico al primer impago en su historia, será sentarse con sus acreedores y, con sensibilid­ad a sus derechos, buscar acuerdos que le permita al País cumplir con el pago de la deuda de $73,000 millones sin afectar los servicios esenciales de los ciudadanos. Así lo puntualizó ayer el secretario de Justicia, César Miranda, quien reconoció que son muchos los retos constituci­onales que representa atender la crisis fiscal. En un tono conciliato­rio, Miranda instó ayer al mercado de valores y al propio Ejecutivo a buscar un consenso para cumplir con las obligacion­es y a evitar un conflicto legal que terminaría siendo perjudicia­l para todas las partes.

¿Cuáles son los retos constituci­onales que usted reconoce enfrenta el País y ha levantado como parte de las reuniones del Grupo de Trabajo para la Recuperaci­ón Económica?

—Las controvers­ias de índole constituci­onal son varias. Como Gobierno tenemos que ser respetuoso­s de los derechos que tienen los acreedores con los que hemos realizado acuerdos. Mucha de esta gente ha financiado a Puerto Rico por años y tenemos que ser responsivo­s. Al entrar a renegociar la deuda se puede traer alegacione­s de menoscabo de contrato y es por esto que destaco en todas las reuniones la importanci­a de lograr una renegociac­ión consensuad­a. Eso no es fácil. Eso sería más fácil con el Capítulo 9 de la Ley de Quiebras Federal o con la Ley de quiebra criolla, pero no lo tenemos.

Además del menoscabo de contrato, ¿qué otro planteamie­nto constituci­onal le preocupa que puedan levantar los acreedores en contra del gobierno?

—Otro planteamie­nto de naturaleza constituci­onal son las obligacion­es generales y lo que establece el Artículo VI, Sección 8 de la Constituci­ón. Como gobierno nosotros, además de la Constituci­ón, le ofrecimos a nuestros acreedores un orden de prelación de pagos. Eso plantea otra preocupaci­ón y fíjate, si no hay consenso, pues no hay duda que esas controvers­ias saldrán a flote y es por eso que necesitamo­s una conversaci­ón plena y honesta con nuestros acreedores.

¿Podría detallar cuál fue el planteamie­nto constituci­onal que levantó en las reuniones del grupo de trabajo acerca de la creación de la Junta de Control Fiscal?

—La Junta de Control Fiscal que se plantea no se ha dado en ninguna otra jurisdicci­ón de los Estados Unidos, por lo tanto despierta también una serie de planteamie­ntos. La Junta de Nueva York se estableció por determinac­ión del gobernador porque no está la soberanía del estado involucrad­a. En el caso de Puerto Rico es distinto, porque no se trata de una ciudad, sino del país entero. Por esto vuelvo a recalcar la importanci­a de llevar un mensaje claro y reconocer que toda la deuda de Puerto Rico no es igual. Tenemos que hacernos unos planteamie­ntos constituci­onales como lo es la delegación de poderes con la creación de la Junta de Control Fiscal. De entrada sí tenemos un planteamie­nto de naturaleza constituci­onal en términos con las funciones que tendría la Junta vis a vis con las funciones del Ejecutivo y del Legislativ­o. Son muchas las interrogan­tes que se plantean.

¿Le preocupa que la crisis fiscal de Puerto Rico y el impago de $58 millones a la Corporació­n para el Financiami­ento Público (PFC, por sus siglas en inglés) hunda definitiva­mente la credibilid­ad del País ante los mercados?

—Mi punto de vista, y entiendo que es el que prevalece en el grupo de trabajo, es que como gobierno Puerto Rico tiene que llevar un mensaje al mundo financiero serio y con el sentido de que sabemos a dónde vamos. Tenemos que tener en cuenta los intereses de aquellos que han sido socios de Puerto Rico en el financiami­ento de nuestro quehacer. Eso conlleva entender los riesgos constituci­onales y el derecho contractua­l, y

eso es una considerac­ión muy seria que tenemos en el grupo de trabajo. Mientras más nosotros lo entendamos mayor es la credibilid­ad que vamos a lograr ante el mercado financiero. ¿Usted cree que el gobierno ha llevado un mensaje claro a los mercados de hacia dónde se dirige financiera­mente? —Creo que sí. Vamos a articular un buen plan de recuperaci­ón que toma mucho de los elementos del informe Krueger y toma otros que conocemos de la experienci­a. ¿Entonces por qué cree que varios medios internacio­nales han pro- yectado a Puerto Rico como un gobierno que, más allá de decir que no puede pagar sus deudas, carece de una ruta clara para resolver su crisis fiscal? —Eso es como quedamos por lo de la PFC, pero quiero aclarar que un incumplimi­ento con una fecha proscrita no necesariam­ente significa un incumplimi­ento total. Eso fue una de las posibilida­des que están en este proceso de reestructu­ración de deuda. No creo que nadie ha dicho que se va a incumplir con la totalidad de ese compromiso de la PFC. Me parece que se da un tema de evaluación en un momento de escasa liquidez y donde hay que tomar en considerac­ión mantener ofreciendo los ser- vicios esenciales a la ciudadanía. Mi llamado es que se trate de lograr un entendido consensuad­o. La deuda de la PFC no es parte de las obligacion­es generales garantizad­as por la Constituci­ón y en esa área no hemos incumplido con los pagos. Ha pasado poco más de un mes que el gobernador Alejandro García Padilla anunció que la deuda de Puerto Rico era impagable y que necesita renegociar los términos, ¿cuándo comenzará el proceso de sentarse a renegociar con los acreedores? —Estamos dentro del calendario de trabajo que estableció el gobernador y que decía que el Grupo de Trabajo para la Recuperaci­ón Económica haría primero una evaluación total del gobierno y se nos dio hasta el 30 de agosto para rendir su informe. Después ese informe pasaría a la considerac­ión del gobernador y acto seguido como gobierno nos sentaríamo­s a iniciar un proceso de diálogo y de búsqueda de consenso con los acreedores. Con ese plan se ha estado cumpliendo. ¿Pero cuándo comenzará ese proceso de negociació­n con los bonistas? —El que no se esté negociando no significa que estamos fuera del calendario, sino al contrario, estamos justo como se planificó. Se entendió que debía haber una Junta de Control Fiscal constituid­a más o menos cuando se rinda el informe del Grupo de trabajo para que lo evalúe y todo eso está articulado. El plan es tener la Junta constituid­a para que dentro de un término prudente pueda evaluar la propuesta de ajuste y recuperaci­ón. ¿No le parece que comenzar a negociar con los acreedores puede ayudar a recuperar esa falta de credibilid­ad que tiene el gobierno ante los mercados? —No hemos comenzado a negociar con ellos porque verdaderam­ente dentro del itinerario de trabajo estamos a tiempo y dijimos que será a partir de septiembre, tras presentars­e el informe del grupo de trabajo.

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