Nueva inversión venezolana llega a Guaynabo
Cinco socios venezolanos crearon este restaurante, con una inversión de $750,000 y planifican abrir otros más, así como elaborar pastelería fina para hoteles
Tras dos años de vivir en Puerto Rico, el matrimonio formado por los venezolanos Adriana y Alberto
Mestre extrañaban que en la Isla no había muchos lugares donde pudieran saborear un buen café con croissant, compartir tapas y copas de vino con amigos, o disfrutar un almuerzo o cena con la familia, todo en un sitio acogedor.
La necesidad de un lugar así fue la chispa que impulsó la creación de Café Olé, un nuevo restaurante que acaba de abrir sus puertas en el San Patricio Town Center, en el antiguo local de Waffle Avenue en la calle Tabonuco en Guaynabo. Los Mestre tienen como socios a los hermanos Zdenko y
Vladimir Morovic ya Michel Stauffer, todos venezolanos y dueños de diversos negocios en su país natal.
Los Morovic son propietarios del restaurante Veranda y del lounge bar Sabbú, ambos en Caracas; mientras Stauffer tiene cuatro locales Café Olé en la tierra de Simón Bolívar, y llegó a tener el doble. Los Café Olé existen allá hace más de 20 años, y el nombre, explica Adriana, proviene del término “café con leche” en francés. Stauffer pensó que era mejor escribirlo cómo se pronuncia y con eso le daba además un toque español al negocio venezolano. “Aquí el nombre choca porque piensan que un Café es solo un negocio de vender cafés, y no lo asocian con un restaurante”, sostuvo Zdenko.
El Café Olé de Puerto Rico, aclararon los Mestre y los Morovic, no es una franquicia de la cadena en Venezuela, sino un negocio independiente. “Es un café al estilo europeo, con platos de calidad y bien presentados, pero a precios de café”, dijo Adriana.
Es un sitio bonito, chic, contemporáneo, un sitio para dejarse ver. Puedes comer desde un café con croissant hasta un plato de pasta, filete miñón, salmón, tapas y la mejor pastelería de Puerto Rico”, agregó Alberto Mestre.
La inversión ronda los $750,000, el local tiene dos niveles y 5,800 pies cuadrados. En el primer nivel está el área del restaurante y en el segundo nivel se ubican las oficinas administrativas, la cocina y un área para actividades privadas, que más adelante podría convertirse en un lounge.
El lugar acomoda a 85 comensales aproximadamente y genera 45 empleos directos.
Antes de crear Café Olé, los Mestre visitaron muchos cafés en el área metropolitana y restaurantes para conocer más a fondo los ofrecimientos y gustos del consumidor puertorriqueño. Los Morovic también viajaron a la Isla en diversas ocasiones para afinar el concepto del menú. “Vinimos varias veces a conocer a Puerto Rico. Conocemos el 60% de los sitios de comida”, aseguró Zdenko Morovic.
MENÚ NO ES VENEZOLANO. Tras mucha investigación y pruebas de sabor, el resultado es una cocina de autor contemporánea.
“Café Olé no es un restaurante venezolano. El menú es al gusto puertorriqueño”, manifestó Adriana Mestre, al explicar que hasta el churrasco es al estilo boricua. Explicó que en Venezuela el churrasco tiene un corte distinto, es más grueso y se asemeja a la forma de un ladrillo.
El menú incluye también sopa del día, ensaladas, emparedados, pollo, fi- lete miñón, salmón, acompañantes, así como una docena de tapas, que allí se denominan “para compartir”, y que incluye hasta una versión de piononos al estilo Olé.
Hay menú para niños y una variedad de postres exclusivos del restaurante. En cuanto a bebidas tienen vinos, champán, licores, así como refrescos, cafés y cervezas.
En cuanto a la ambientación del local, la misma estuvo a cargo de la diseñadora Connie Duprey. El lugar es cálido y acogedor, predominan los colores claros como el crema, el blanco y el gris. Por las noches, la iluminación cambia, es más tenue, con velas y la música es tipo house lounge, dijo Vladimir Morovic.
CONFIANZA EN PUERTO RICO. Los entrevistados no temen que la economía se desplome, por el contrario, apuestan que echará hacia adelante.
“Confiamos que la situación económica va a mejorar. Esta Isla lo tiene todo, paisajes espectaculares, buen clima, gente trabajadora. Hemos apostado a Puerto Rico y sabemos que esto va a cambiar”, expresó Alberto, quien también se mostró confiado del éxito que tendrá Café Olé porque “al puertorriqueño le gusta salir a comer y pasarla bien”.
Por su parte, Adriana dijo que como venezolanos ellos están muy agradecidos de Puerto Rico. “Nosotros tenemos que querer a esta Isla y abrazarla como si fuera nuestra”, comentó, al tiempo que instó a los puertorriqueños a valorar más lo que tienen aquí y a no quejarse tanto.
PLANES FUTUROS. Los entrevistados desean tener una producción de pastelería fina para vender a hoteles y restaurantes. Además, no descartan abrir otro Café Olé en el área de Condado y en el municipio de Dorado.
Por ahora, Café Olé abre a las 11:00 a.m. y cierra a las 10:00 p.m., de martes a jueves, los viernes y sábado a las 11:00 p.m.; y los lunes cierra más temprano, a las 4:00 p.m. Los domingos ofrece un ‘brunch’ en horario de 9:00 a.m. a 4:00 p.m.
El horario lo irán ajustando según la demanda de la clientela y a partir de mediados de agosto abrirán desde las 7:00 a.m. para desayunos.
El restaurante cuenta con servicio ‘To Go’ y valet parking, la primera hora es gratis y la segunda tiene descuento. En los próximos días subirán la página electrónica, cuya dirección será www.cafeolepr.com.
“Aquí el nombre choca porque piensan que un Café es solo un negocio de vender cafés, y no lo asocian con un restaurante” Zdenko Morovic Codueño de Café Olé