Honores a los atletas especiales
Los números más que impresionantes son dignos de recibimiento de héroes por el pueblo de Puerto Rico. Que el 98% de los atletas participantes recibieron medallas es como para un récord de Guinness. Se marcharon del país con poco reconocimiento sin bombos ni platillos y nos han traído de vuelta la friolera de 53 medallas. No cuentan con federaciones que los apoyen, ni comités olímpicos ni sustanciales aportaciones gubernamentales y sí mucho sacrificio de padres, algunos maestros y voluntarios que se desviven por encauzarlos y llevarlos a las competencias.
La otra cara de la moneda son los atletas que nos representaron en los pasados Panamericanos. Excepto por los boxeadores y alguno que otro atleta todos recibieron el respaldo de federaciones, gobierno y hasta la empresa privada para hacer una pobre actuación en general. ¿A cuánto le salió al país las medallas que es- tos atletas obtuvieron? Es tiempo ya de que dejemos de mantener a estos clubes privados mal llamados federaciones y pongamos nuestro dinero y esfuerzo a los atletas que sí producen y nos representan dignamente.
Los atletas especiales merecen atención y mayor aportación del gobierno pues nos han dado cátedra de esfuerzo y logros. ¿Dónde están las escuelas de Educación Especial prevocacionales y vocacionales? ¿Cuáles son los programas de Educación Física en las escuelas públicas del país? Sabemos que el Departamento de Educación recibe grandes asignaciones federales para atender esta población. ¿Por dónde es que se fugan estas asignaciones? Al César lo que es del César. Felicito a estos atletas y a sus padres por el excelente esfuerzo y ejemplo para todos.
Adelante siempre.
Teodoro Quiñones Muñiz,
Moca