Woody Allen rompe su estilo
La nueva película Irrational Man sorprende con varios virajes en su trama
A pesar de que siempre escribe el guión de sus películas, hay ocasiones en que Woody Allen dirige sus producciones en piloto automático y otras en las que se encarga de explotar al máximo su material.
Irrational Man, de Sony Picture Classics que estrena hoy en Puerto Rico, aparenta pertenecer a la primera categoría pero, después de par de virajes sorpresas, revela a un director deleitándose de haber seducido al público, con más sutileza que de costumbre, con la historia de un antihéroe con un compás moral bien peculiar.
Los fanáticos de este cineasta estarán en terreno familiar con este filme. Al igual que en Crimes and Misdemea
nors , aquí Allen continúa fascinado con la forma cotidiana en que un evento violento e inmoral puede suceder. Igualmente en el último acto de esta película hay ecos tangibles de
Matchpoint con una exploración de las cosas que se le pueden atribuir al destino y las que suceden al azar y sin explicación ninguna. A pesar de ser temas recurrentes en su filmografía, en esta entrega el director ha encontrado formas nuevas de explorarlos.
En el caso de Irrational Man, Allen se arma de un humor negro sutil y lacerante para contar la historia de un hombre que descubre la pasión por la vida cuando decide planificar el asesinato perfecto. Al principio, el personaje interpretado por Joaquin Phoenix parece estar más encaminado hacia el suicidio. Tras divorciarse, un profesor de filosofía decide escapar a una universidad prestigiosa para dar clases durante el verano. Mientras el protagonista se deja consumir por un letargo alcohólico cuando no está dando clases, su presencia despierta el interés de dos mujeres: una joven estudiante (Emma Stone), que queda fascinada por el aura trágico que arropa a su profesor de filosofía y la otra, una profesora de química (Parker Posey) que lo ve como un escape al aburrimiento de su matrimonio.
En otro filme de Allen, la trama se complicaría con un triángulo amoroso. Eso no ocurre aquí. El profesor se deja seducir solo por la idea del asesinato del juez que ha ganado fama por sus decisiones destructivas.
Al igual que en sus mejores dramas, Allen no altera el tono sardónico y deja que las acciones de los personaje sean los que provean los momentos mas cómicos e impactantes.