Moderno plantel con viejos problemas
La infraestructura de las Escuelas del Siglo 21 se mantiene como ejemplo de planteles modelo
Tienen las más modernas instalaciones, cuentan con laboratorios tecnológicos y sus coloridos mobiliarios no han perdido su brillo, pero las llamadas Escuelas para el Siglo 21, remozadas el cuatrienio pasado, aún sufren de los típicos dolores de cabeza previo al inicio del año escolar.
“La planta física es excelente, ahí no hay quejas”, aseguró ayer la directora de la escuela intermedia José Antonio Dávila de Bayamón, Nydia Collazo.
Hasta el pasado año escolar, la empresa privada que la remozó se encargó del mantenimiento de esta escuela, pero el contrato ya venció y ahora están en manos de la Oficina para el Mejoramiento de Escuelas Públicas (OMEP), ente que ya arregló un tubo que estaba lanzando aguas usadas al estacionamiento.
Pero más allá de la fachada, a días para que los estudiantes regresen a las escuelas, la José Antonio Dávila aún espera por el nombramiento de ocho maestros. La matrícula del plantel subió de 430 a 490 estudiantes a raíz de los nueve grupos de sexto grado que atenderá este año, indicó Collazo.
Además, aún no tienen todos los materiales para atender a los estudiantes de sexto grado, pues aunque ellos entregaron los recursos que tenían para el noveno grado que ya no atenderán, no han recibido los materiales de las escuelas elementales, añadió la directora.
A tres años de la inauguración de las primeras Escuelas para el Siglo 21, el proyecto de modernización de planteles iniciado en el 2010 ya está casi completado. Con el actual gobierno inició la segunda fase del proyecto, que lleva por nombre Escuelas de Primera. De esta obra aún falta por completar la construcción de la escuela de la comunidad El Pino de Villalba, la cual debe estar terminada para diciembre de este año, indicó la portavoz de la Autoridad para el Financiamiento de la Infraestructura (AFI), Sheysa Ojeda.
Otros planteles ya fueron terminados y se inaugurarán este semestre, entre ellos la escuela José Gautier Benítez de Caguas, la Escuela Superior Vocacional de Corozal y los Centros Residenciales de Oportunidades Educativas de Ceiba y Villalba.
Educadores de otros planteles de la zona metropolitana, como la Rafael Cordero de Cataño y la Basilio Milán de Toa Baja, destacaron que en las escuelas no se reportan mayores problemas, aunque las ventanas con celosías de cristal y el calor que provocan en los salones siguen siendo tan problemáticas como el primer día.
“Entran los rayos del sol y el brillo complica que se vean las cosas”, destacó la maestra Adianet Ríos.