Apoyo a la educación
La educación multiplica las oportunidades de bienestar y desarrollo de la niñez y la adolescencia. Esa vida sana y responsable que soñamos al ver crecer a los hijos, se va alcanzando mientras estudian y descubren su vocación. Al inicio del semestre escolar, los padres se deben preparar para cumplir con su obligación.
Hoy viernes el Departamento de Educación abre sus puertas para que los custodios de menores participen de un diálogo con el personal escolar y firmen el compromiso con la educación de sus hijos. Este es un requisito que confirma la voluntad y el interés compartido entre la escuela y la familia.
La escuela necesita la colaboración de los adultos con la educación. La firma del compromiso es una obligación legal y un deber de amor. El estímulo de las familias así como el interés en el cumplimiento de las normas y los estándares escolares son parte de ese acuerdo que promueve el éxito académico.
El Departamento de la Familia se une a Educación en esta gestión que incide con nuestros deberes de protección de la niñez y de prevención de violencia. La negligencia educativa es un problema que afecta el bienestar y la salud integral de los menores. Nuestros estudios reflejan que los niños, más que las niñas, están expuestos a esta manifestación de maltrato.
Éste es, posiblemente, otro resultado negativo de la idea sexista de que “los varones son de la calle y se crían solos”, razón que tiende a justificar la práctica de menos supervisión y su efecto negativo en la retención escolar y el logro de las metas académicas.
Nuestro personal estará hoy en las escuelas ofreciendo orientación sobre cómo podemos honrar el derecho a la educación criando con respeto y disciplina. Acompañarles en los deberes escolares es parte de los retos de la crianza. Laborando en unidad y armonía, la escuela, la familia y la comunidad le ofrecen un futuro prometedor a la niñez. Cuando eso ocurre, crecen los niños y las niñas y crece también, Puerto Rico.