Dos visiones, dos caminos
El Nuevo Día ha publicado recientemente dos columnas sobre el mismo tema, pero que expresan visiones diametralmente opuestas.
Por un lado, la titulada “La indiferencia”, de José Alfredo Hernández Mayoral, en la que el autor se aferra a una patética añoranza de un ELA que colapsó en el preciso momento que más necesitábamos de sus poderes. Por otro lado, la columna de Aida Díaz, presidenta de la Asociación de Maestros, que bajo el título “Nos llegó la hora” lanza un reto al País, y particularmente a los estadolibristas, a buscar nuevos caminos para superar la colonización y la dependencia que han quebrado la moral y la economía de la Isla.
Como le pasó al emperador del famoso cuento chino, las ropas del ELA se esfumaron y nos han dejado desnudos ante el mundo. Ni uno solo de sus llamados pilares ha servido para nada en es- ta crisis que cada día crece y se complica. La realidad es que nuestros “amigos’’ de Washington solamente recuerdan sus lazos de afecto a Puerto Rico cuando vienen a recoger dinero para sus campañas. Solos y en vergüenza pública se están quedando los actuales dirigentes políticos, que en vez de pensar en el futuro del País defienden el efímero poder que les dio el pueblo en las urnas.
En estos momentos tan cruciales de nuestra historia, Puerto Rico necesita de voces sabias y manos valientes dispuestas a iniciar de inmediato y sin titubeos la construcción de un país diferente. Felicito a la profesora Díaz por sus francas expresiones que reflejan el sentir y la determinación de un gran sector de nuestra población.