Manejo incorrecto del proceso
Con un mejor asesoramiento, Carla Cortijo pudo haber tenido la oportunidad de jugar en la WNBA
El posible de fichaje de la armadora Carla Cortijo en la WNBA no llegó a ‘primera base’ porque el proceso para tratar de concretarlo se manejó incorrectamente desde el principio.
Con un mejor asesoramiento, Cortijo pudo haber tenido en sus manos la oportunidad de cumplir su sueño de firmar en la WNBA, aunque eso conllevara una posible sanción de la Federación de Baloncesto de Puerto Rico.
Pero lo cierto es que nada hubiera impedido su firma en un principio, según la reglamentación de la Federación Internacional de Baloncesto (FIBA).
Y la organización de Atlanta Dream, al parecer, fue la primera que falló en el paso inicial del procedimiento.
Una vez el equipo se interesó en los servicios de Cortijo, el siguiente paso era comunicarse con la Federación de Estados Unidos (USA Basketball) para tramitar su carta de transferencia a la Federación de Puerto Rico.
El documento de licenciamiento de cualquier jugador(a) se gestiona de federación a federación; y no de club a federación, según la FIBA.
En el caso de Cortijo, la gerente de operaciones de Atlanta Dream, Angela Taylor, contactó al gerente general de la Selección Nacional, Juan Flores Galarza, para solicitarle el permiso y el mismo fue denegado porque había un acuerdo -con el agente Giberto García- de que la estelar canastera retornara al conjunto y jugara en el Preolímpico.
Atlanta Dream quería firmar de inmediato a la boricua. Flores Galarza no es la persona que emite ni autoriza la carta de transferencia.
Si Taylor hubiera hecho la gestión a través de las federaciones, no hubiera tenido ningún inconveniente en conseguir la libertad.
USA Basketball se comunicaba con la Federación de Baloncesto local, quien, a su vez, contactaba al último equipo de Cortijo en la Liga Superior, las Gigantes de Carolina, para ver si la jugadora seguía ligada contractualmente al conjunto.
Y cuando la Federación local confirmara que no continuaba atada a las Gigantes, entonces le otorgaba la transferencia a USA Basketball.
Tal fue el caso reciente de Peter John Ramos, quien recibió el visto de la Federación local para firmar con los Metros en República Dominicana, luego de verificar que no tenía ningún vínculo con los Brujos de Guayama para el 2016 en el BSN.
Luego de que le entregara el documento a USA Basketball y Cortijo firmara con Atlanta Dream, entonces la Federación boricua estaba en su derecho de reclamarla al equipo de la WNBA, como estipula la regla de la FIBA.
Y la jugadora tenía que estar disponible 14 días antes del inicio de un torneo oficial. En este caso, Cortijo tenía que reportarse de inmediato a la Selección, ya que el Preolímpico arrancó el pasado domingo.
Un exfuncionario de FIBA-Américas, sin embargo, explicó que reglamentación de la FIBA no obliga a los jugadores reportarse a sus respectivas selecciones. Si un jugador se niega a hacerlo, es responsabilidad de cada federación tomar acción y determinar si lo sanciona o no. Y dicho castigo no es acogido por la FIBA, por lo que el jugador puede continuar participando en otras ligas del mundo, aunque su participación podría ser detenida durante el tiempo que dure la competencia oficial de la FIBA si la federación así lo exige.
Si Cortijo se hubiera negado a reportarse al combinado, la Federación local estaba en su derecho de suspenderla de selección y de la liga superior, pero no le podía impedir seguir jugando en la WNBA o en otra liga profesional.
Y tras lo acontecido, Cortijo no firmó en la WNBA ni tampoco se reportó al seleccionado en Edmonton.
Y después varios días de controversia, la Federación anunció que no sería sancionada y que le daría el visto bueno para jugar en la WNBA.
Cortijo, al momento, no posee ofertas de la WNBA.