Luz en las tinieblas
El Puerto Rico colonial busca, como había dicho el guerrillero y fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional, Tomás Borge, aferrarse a la vida después de los últimos funerales históricos, pretendiendo “encender una chispa en medio de las tinieblas”.
Ante la crisis económica, política y moral que enfrenta Puerto Rico, los culpables pretenden curarse en salud atribuyéndonos a todos la responsabilidad.
Para clarificar el récord histórico, el Partido Independentista Puertorriqueño compareció a la convocatoria de diálogo que hizo el gobernador.
Habiendo anticipado la crisis por décadas, estuvimos dispuestos a ofrecer cursos de acción y reiterar propuestas concretas para superar la crisis.
En la reunión entre el presidente del PIP, el gobernador y su equipo de reestructuración fiscal en La Fortaleza, Rubén presentó dos condiciones para nuestra participación en iniciativas conjuntas: (1) que no se adoptaran medidas abusivas contra los asalariados y los trabajadores, como propuso el informe de Anne Kruger; y (2) que se tomaran pasos decisivos para resolver nuestra condición de subordinación con Estados Unidos. La respuesta de La Fortaleza, tal y como sospechábamos, fueron generalidades sin plan concreto alguno.
El país no necesita actos de relaciones públicas, fotos publicitarias, ni contorsiones retóricas para simular movimiento sin siquiera atreverse a tomar un paso. Pero esa es la estrategia del gobierno y el PIP no se prestará a legitimarla. Por eso rechazamos participar en la farsa confeccionada por el gobernador.
El oficialismo del PPD ya anunció que no cumplirá su promesa de convocar una Asamblea de Estatus, claudicando al compromiso de atender los impedimentos políticos que nos niegan las herramientas de la soberanía plena para progresar económicamente.
Los líderes del PPD se abrazaron a la plataforma para una supuesta estabilización fiscal y económica calcando la receta neoliberal de la Sra. Kruger.
Más acá de lo imprescindible que resulta un proceso legítimo de descolonización, las promesas y “photo-opportunities” de las que se vale el gobierno para simular acción efectiva han probado ser medidas huecas, sin sustancia.
Durante la pasada campaña electoral, propuse ante el grupo de Agenda Ciudadana que todos los candidatos a la gobernación hiciéramos un pacto político para impulsar conjuntamente aquellos temas que nos unían, los temas comunes de los programas de cada partido, sin importar quién resultara electo. Ninguno de los otros candidatos aceptó.
Hoy nos someten a reclamos plañideros de “unidad” y “consenso” para implantar la política unilateralmente establecida por el gobierno.
Lo que persigue el gobernador es crear la falsa impresión de acción consensuada con diversos sectores, mientras en realidad pretende imponer su inmovilismo colonial y el capitalismo salvaje de su política neoliberal, en detrimento y a pesar de la oposición del movimiento sindical y demás sectores vulnerables del país. En realidad, pretenden hacernos cómplices del fracaso de su receta.
Sin un programa de justicia social y económica, sin un proceso serio de descolonización como lo que propone y elaborará más detalladamente el PIP de cara a las próximas elecciones, el país no logrará la chispa que ilumine estas tinieblas.