Con nueva casa en Maricao la cotorra puertorriqueña
Este será el tercer núcleo para la reproducción de esta ave que está en peligro de extinción
MARICAO.- Biólogos y directivos de las agencias de conservación de recursos naturales celebraron ayer el traslado de 25 cotorras puertorriqueñas (Amazona vittata) al Bosque estatal de Maricao con miras a establecer la primera población de este pájaro en peligro de extinción en esta área natural.
Son cotorras que nacieron y se criaron en los aviarios Iguaca, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS), en El Yunque, y en el José Luis Vivaldi, del Departamento de Recursos y Ambientales (DRNA), en Río Abajo, en Utuado.
Identificadas hace años como las que serían llevadas a este nuevo lugar, las cotorras fueron traídas en jaulas individuales en vehículos oficiales y con escolta para asegurar su llegada libre de riesgos a lo que será ahora la tercera zona del país donde eventualmente un grupo de esas aves vivirá fuera de cautiverio.
Sin embargo, a corto plazo, las aves permanecerán en una enorme jaula que se construyó en el Vivero de Peces que mantiene el DRNA en Maricao. En ese espacio se propiciará su adaptación al hábitat maricaeño por 12 meses. Después estarán libres en esa zona montañosa de incalculable valor ecológico.
“Es un día histórico”, dijo la secretaria del DRNA, Carmen Guerrero, quien estuvo en el bosque con los científicos y líderes del Programa de Recuperación de la Cotorra Puertorriqueña.
Hacía referencia al avance logrado en restablecer la población que, décadas atrás, abundaba en la Isla.
“Cuando los taínos vivían aquí, había millones de cotorras a través de todo Puerto Rico, desde las costas hasta las montañas, pero con la deforestación que ocurrió a través de los siglos, la población se redujo. Para 1970, se documentó que solo quedaban 13 cotorras en toda la Isla, lo que representaba solo 13 en todo el Planeta Tierra. Eso es llegar al borde de la extinción”, apuntó Guerrero.
“Es un esfuerzo de años de sacrificios, de trabajo en equipo, que nos permite llegar aquí. Trabajando juntos hemos logrado salvar una especie que estaba a punto de desaparecer de la faz de la Tierra”, añadió sobre la marcada recuperación que los científicos han constatado en los últimos años y que ha significado la permanencia de la población en el bosque de El Yunque, al este de la Isla, y el establecimiento de nuevos grupos, así como su reproducción en el bosque de Río Abajo, en Utuado”, sostuvo.
“En un momento, fue una de las 10 especies de aves más amenazadas en el mundo. Ahora, existen más de 500 entre las que se encuentran en los aviarios y las que vuelan en estado natural”, estimó Guerrero.
“Para 1970, se documentó que solo quedaban 13 cotorras en toda la Isla” CARMEN GUERRERO PÉREZ
Secretaria del DRNA