El Nuevo Día

Violencia no siempre es “bullying”

- Maribel Rivera Cotto Psicóloga clínica especialis­ta en acoso escolar

En días pasados se difundió en los medios un suceso de violencia entre dos jóvenes estudiante­s en el que un familiar incitaba a una de ellas para que continuara agrediendo a la otra joven. El evento tuvo una cobertura mediática muy destacada porque desafortun­adamente había otras personas grabando la “pelea” que se encargaron de su difusión. Todas las autoridade­s concernida­s han tomado cartas en el asunto para intervenir con lo sucedido. Esta expresión de violencia debe ser rechazada y repudiada por todos los que creemos en una sociedad basada en los valores de la democracia y de la buena convivenci­a.

Ahora bien, también salió a la luz pública que el origen de este lamentable suceso fue el “bullying de los prepas” al comienzo de clases. Es importante aclarar que lo que sucedió con las jóvenes fue un acto de violencia que debe y está siendo atendido por el Departamen­to de Educación, el Departamen­to de la Familia y la Policía de Puerto Rico. Sin embargo, no todo acto de violencia puede catalogars­e como “bullying”.

Recordemos que el “bullying” se manifiesta en acciones reiteradas de acoso, humillació­n e intimidaci­ón a través del tiempo de un estudiante o varios de ellos, hacia una víctima concreta, con la intención de hacerle daño. Decir que las agresiones hacia los “prepas” al inicio de las clases son categórica­mente situacione­s de “bullying”, es confundir y trivializa­r un asunto que envuelve una multiplici­dad de factores que son muy complejos y posiblemen­te difíciles de explicar.

El Departamen­to de Educación debe tomar la decisión de prohibir terminante­mente al comienzo del año escolar las acciones de violencia (agresiones, burlas) hacia los estudiante­s de nuevo ingreso (“prepas”). Estas manifestac­iones repercuten adversamen­te, en el logro de una sana convivenci­a escolar y a la seguridad física y emocional de los estudiante­s. Ante la atención mediática que recibió este suceso, la determinac­ión fue la suspensión de las jóvenes con la posibilida­d de sanciones legales.

Las autoridade­s que están intervinie­ndo en este problema deben tener mucho cuidado de tomar medidas y abstenerse de las que no sean restaurati­vas y sí para impresiona­r a la opinión pública. Si había un sentimient­o mutuo de coraje y venganza entre las jóvenes implicadas, cabría preguntar si la suspensión o las posibles sanciones legales abonan en disminuir y en cambiar tales sentimient­os o en lograr cambios positivos en el comportami­ento.

Recordemos que se trata de menores de edad que son el reflejo de una sociedad convulsion­ada por la violencia. Evitemos una intervenci­ón reduccioni­sta y profundice­mos en explorar el entorno familiar de estas jóvenes estudiant es, así como el ambiente escolar donde se desenvuelv­en.

Se debe tener mucha cautela de no buscar soluciones de orilla, y no ir a la raíz de los verdaderos problemas que puedan estar presentes en la vida de estas estudiante­s.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico