Confinadas renacen entre el hilo y la aguja
“Resurgir” es un programa de rehabilitación implantado en la cárcel de mujeres de Vega Alta que usa la costura para crear esperanza
En un amplio taller de costura, iluminado con una blanquísima luz, escaso de materiales, pero repleto de entusiasmo se cosen carteras y se hilvanan historias de esperanza.
En este lugar, cuyos protagonistas son el hilo y la aguja, los pedazos en la vida de Ana Velázquez resurgieron.
Hasta hace dos meses, Ana no tenía nada claro en la vida. Solo sabía que estaba encarcelada con una sentencia de ocho años, que había perdido a sus hijos, que su familia se había alejado de ella por su manera de comportarse y que pasaba las 24 horas del día encerrada en un módulo de la cárcel de mujeres en Vega Alta, sin nada que hacer y rodeada de un ambiente hostil.
Hoy ese panorama quedó en el pasado. Dejó atrás la delincuencia y el uso de drogas. Está feliz y entusiasmada con la vida que tendrá una vez salga de prisión y su motivación nace de su participación en el proyecto “Resurgir”, un programa de rehabilitación implantado en la cárcel de mujeres.
Aunque es un programa integral donde las confinadas reciben charlas de autoayuda y motivación, así como clases de yoga y pilates, la confección de carteras de materiales reciclados es la pieza central.
Para Ana, las primeras semanas fueron difíciles. El miedo la invadió porque nunca antes había cosido. No obstante, la remuneración económica y bonificaciones de tiempo ofrecidos por el taller fueron suficientes para que se enfrentara a la máquina de coser.
“¡Esa primera cartera me dio un dolor de cabeza! La hice y la desmonté como tres o cuatro veces. Cuando la logré pensé, ‘puedo hacer algo más. Con mucho trabajo pero lo logré’. Con la vida que yo llevaba no pensaba que podía hacer otras cosas que no fuera estar en la calle, usando drogas, en la delincuencia. Ahora sé que puedo hacer muchas cosas”, manifestó en nuestra visita al taller.
Ahora el sueldo y las bonificaciones siguen siendo importantes, pero descubrir su talento como “diseñadora” ha sido mucho más valioso.
“Estoy motivada. Ahora veo que puedo ser un ser productivo”, señaló Ana, quien además de crear carteras ha confeccionado sus propios diseños de ropa y hasta trajes de baño. Sin
embargo, su mayor emoción es crear el vestido para celebrar los 15 años de una de sus hijas.
¿DE DÓNDE SALE RESURGIR? Georgianna Rosario, ayudante especial del secretario interino del Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) José Aponte Carro, vio como una excelente oportunidad para las confinadas la iniciativa de grandes compañías de hacer bultos con el material “mesh” que se utiliza para anuncios publicitarios.
Con la idea clara y la materia prima conseguida gracias a la donación de la compañía Tactical Media y de 12 cajas de adornos donados por Olazábal, Rosario tocó a las puertas del Atelier Eclíptica. Allí fue bien recibida por sus dueñas, las diseñadoras Michelle y Norein Otero, así como de una buena amiga, la diseñadora de carteras Beatriz Sánchez.
Luego de acoger la iniciativa de compartir sus conocimientos con las confinadas, el trío solo tenía claro la incertidumbre de no saber a qué se enfrentarían en la cárcel, un lugar desconocido para ellas.
“Cuando Georgianna me presentó el proyecto estaba temerosa. Nunca había estado en una cárcel y no sabía lo que me iba a encontrar, cómo me iban a recibir, a tratar. Además, de que tenía que sacar de mi tiempo en mi taller para venir. Pero el compromiso con el que me lo presentó me hizo aceptar el reto”, dijo Sánchez.
“No sabíamos qué íbamos a encontrar”, rei-
teró Michelle Otero sobre esa primera visita a la institución.
MÁS QUE CARTERAS “Uno hace esto para ayudarlas y contribuir. Pero al final ellas te ayudan más a ti porque te ayudan a poner las cosas en perspectiva. Porque ves la diferencia, el impacto que un poco de tu tiempo hace en otras vidas. Y eso te ayuda a seguir con las luchas diarias porque todos los seres humanos tenemos situaciones, batallas que libramos día a día”, manifestó Michelle Otero.
Las hermanas Otero prepararon los patrones que utilizan las confinadas para la confección de las carteras. Mientras que Sánchez visita la institución una vez por semana para ayudar, compartir ideas y sugerencias a las noveles costureras.
Las diseñadoras prepararon tres tipos diferentes de patrón y contaron que los eligieron por ser diseños básicos -tomando en cuenta las destrezas de las confinadas- y la funcionalidad del diseño: "tote bag", "messenger bag" y "clut ch".
“Cuando nos llamaron nos pareció una buena oportunidad. Nos gusta aportar siempre a los que más necesitan. También nos pareció interesante que se usan materiales reciclados”, compartió Michelle Otero.
“Buscamos diseños básicos y funcionales; estilos que uno como mujer está buscando. Así llegamos a los estilos el 'tote bag', para la playa; el 'messenger' mediano para uso diario y el 'clutch' para la noche”, agregó Norein.
“Realmente me sorprendió ver las carteras. No esperaba tanto. Claro, hay que ir poco a poco perfeccionando, pero esta es la primera vez que ellas hacen esto y con un material tan rígido como el 'mesh' que no es fácil trabajar”, dijo Michelle, mientras Norein apuntaba también a la limitación en los materiales.
PLANES DEL DCR El DCR ya planifica lanzar al mercado la primera colección de carteras, cuyo nombre será Resurgir.
Gracias a Resurgir, hoy ninguna tiene miedo. Ana mira al futuro y sabe que podrá reincorporarse a la sociedad de una manera positiva, por ella, por sus cinco hijos, por su familia.
Mientras que Beatriz, Michelle y Norein, confirmaron que ese primer instinto de querer ayudar al necesitado fue correcto y necesario seguirlo para ver que no había nada que temer de las confinadas, para confirmar que son mujeres iguales que ellas, con la diferencia de pagar a la sociedad por el error cometido.
“Me encanta venir y experimentar su alegría y satisfacción con el trabajo. Lo que uno recibe es mucho más de lo que da”, concluyó Sánchez.
“Ellas te ayudan más a ti porque te ayudan a poner las cosas en perspectiva. Porque ves la diferencia, el impacto que un poco de tu tiempo hace en otras vidas”
Michelle Otero, diseñadora de Eclíptica “No pensaba que podía hacer otras cosas que no fuera estar en la calle, usando drogas, en la delincuencia. Ahora sé que puedo hacer muchas cosas”
Ana Velázquez, confinada “Me encanta venir y experimentar su alegría y satisfacción con el trabajo. Lo que uno recibe es mucho más de lo que da”
Beatriz Sánchez, diseñadora de carteras