Enlazados gracias a órganos donados
Un hombre se encuentra con quienes recibieron los riñones de su hija fallecida
Ángel Miguel Colón quería conocer a las personas que hace casi cuatro años habían recibido los órganos de su hija. Era tal vez el cierre de un ciclo en el que palparía que la vida de su “Miti”, como se le conocía a Carmen M. Colón, ayudó a salvar a otras personas dentro de la tragedia que le tocó vivir.
“Miti” falleció dando vida. Una serie de complicaciones mientras daba a luz a su hijo llevó a que el 19 de noviembre de 2011 fuera declarada con muerte cerebral. Era una noticia devastadora, declaró su padre. La decisión de donar los órganos de “Miti” fue dura, en un momento difícil, que tomaron todos los miembros de la familia juntos.
El primero en llegar hasta donde Ángel fue Alejandro Soto Rossi. Él, a sus 34 años, recibió el riñón izquierdo de “Miti”. Rápidamente se confundieron en un abrazo. “Se ve que el órgano está haciendo bien su labor”, dijo Ángel en tono de broma mientras apreciaba la buena condición de salud en que se encontraba Soto Rossi. Después el tono fue más serio y Ángel dijo que “aunque nosotros autorizamos la donación, estoy más que seguro que por su buen corazón, ella (“Miti”), con gusto, lo hubiera hecho también. Una de las cosas importantes que Dios nos pide es que demos vida a los demás con nuestros actos”, añadió Ángel.
En ese momento el padre de “Miti” explicó que tanto él como sus familiares habían tenido simpatía por las donaciones de órganos. Precisó que él, desde antes que muriera su hija, sufría una condición que requirió recibir tratamiento especializado en Estados Unidos. En esos viajes, conoció a mu- chas personas que necesitaban trasplantes y se encontraban en la espera por un donante. “Eso me hizo entender la necesidad” dijo durante el encuentro, celebrado en el Jardín Botánico de Río Piedras.
En ese momento entró Ivette M. Meléndez, quien lleva el riñón derecho de “Miti”. Ella estuvo más tiempo esperando por el órgano y su salud se vio bastante deteriorada antes del trasplante. “Ella nos devolvió la vida. Yo estaba bien malita. Fue Papa Dios el que hizo la obra a través de ella. Actos como estos demuestran lo bueno que hay dentro de nuestro país, que en un momento de dolor se pensó en los demás”, dijo Ivette, vecina de Ponce.
Ángel aprovechó el momento para entregarles un obsequio. Les entregó un retrato de “Miti” con un mensaje al lado sobre la vida.
“Esto (el trasplante) fue algo que me cambio la vida”, dijo Alejandro, quien residía en Carolina al momento del trasplante y llevaba seis meses recibiendo diálisis.
Los médicos Eduardo Santiago y Zulma González quienes hicieron los trasplantes, se expresaron contentos durante el encuentro. “Recordamos estas y las otras 2,000 operaciones. Cada una es igual y distinta a la vez”, dijo Santiago.
Añadió que cada uno de los casos es muy satisfactorio como profesional porque diferente a las noticias negativas que se ven todos los días “nosotros vivimos todos los días la vida con la donación. Uno es afortunado de que convive con personas que nos hacen sentir que el humano es bueno”.
“Es una tragedia que se convierte en algo tan bueno que le da a la familia un consuelo real porque ese ser que perdemos ha salvado muchas vidas con la donación de órganos”, dijo, por su parte, González.
ENCUENTRO PARA CONCIENCIAR. Antonio de Vera, director ejecutivo de LifeLink, indicó que esta es la primera vez que hacen este tipo de encuentro abierto a la difusión pública. Las familias de los recipientes de los órganos y de la donante estuvieron de acuerdo con hacerlo así, para ayudar a crear conciencia sobre la importancia de la donación de órganos.
Indicó que normalmente ayudan a las familias a conocerse si es que así lo desean. Explicó que muchos así lo hacen. Otros, sin embargo, prefieren no conocerse. En otras instancias, aunque no se conocen se envían cartas o tienen algún tipo de comunicación de agradecimiento. “Nosotros lo que esperamos es que esto sirva de ejemplo de la grandeza que hay cuando uno regala vida y lo horrible que es estar esperando porque se dé esa compatibilidad. Cuando se da, es una alegría inmensa”, dijo De Vera.