Trabajo en la vejez
Muchas personas mayores de edad continúan trabajando pasada el tiempo de la jubilación a modo de distracción del insufrible ocio y holganza. Es un terapéutico pasatiempo que mantiene las facultades mentales y destrezas sociales por medio del manejo de las complejidades laborales modernas. Sin embargo, se nota un crecimiento continuo del número de nuestros viejos que se mantienen e incluso retornan al mundo laboral por necesidad.
Ocurre que el sistema de pensiones norteamericano, Seguro Social que cubre a los puertorriqueños, no está a la altura de las necesidades de los jubilados de nuestros tiempos.
Tal es la estrechez financiera de este programa, que cumple 80 años desde su inauguración, que resulta ser, después de los gastos de defensa, uno de los causantes del enorme déficit fiscal de Estados Unidos. Para lidiar con este pantagruélico déficit, el gobierno de Estados Unidos se apresta a considerar otro aumento de impuestos, recortes de beneficios y extensión de la edad de jubilación. Ya muchas personas mayores de edad han extendido su participación laboral para poder disfrutar de la vida moderna a plenitud pues, lo que eran los lujos y suntuosidad del pasado, son necesidades imprescindibles como los teléfonos celulares, computadoras, Internet, cable TV y demás artilugios.
Tal parece que los que serán los jubilados en un futuro a mediano plazo deberán comenzar sus ahorros personales de manera tal que puedan complementar lo que pueda quedar de su Seguro Social para así vivir una vejez a la altura de sus tiempos. De más está decir que este proceso comienza a demostrar la necesidad de los ciudadanos de velar por sus propios intereses a lo largo de su vida y disminuir la dependencia en la protección social que ofrece el ineficiente gobierno. La socialdemocracia se derrumba en todo el mundo porque las necesidades humanas son infinitas y no funciona el sacrificio de unos en favor de otros.
Sigue siendo evidente que la salvación es individual.