O bailamos todos...
Es que no entiendo. Se declara un estado de emergencia fiscal, por tanto, se crea una ley que establece una gerencia estructurada para atender esta situación. No hay dinero. Punto. Bajan las directrices. Entre estas, reducción de gastos (obligatorio) en la Rama Ejecutiva. Entiéndase, reducción de contratación de servicios profesionales y comprados; reducción en la nómina de empleados de confianza, controles para la ocupación de puestos vacantes, reducción de consumo energético y de servicio de acueductos y alcantarillados. Reducción es la consigna. Será en la casa suya y en la mía. Porque en el Gobierno poco caso prestaron al asunto. Resulta que un análisis de la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) reveló, que a un año de la famosa Ley 66 de Sostenibilidad Fiscal y Operacional, un total de 31 agencias del gobierno aumentaron su nómina de confianza mientras otras 27 dependencias incumplieron con el recorte en gastos de servicios profesionales o comprados. Esto impidió un recorte de $91.1 millones en sus gastos operacionales. Qué parte no entendieron de que no hay dinero, y que al igual que se les pide a los ciudadanos creatividad, paciencia y sacrificio, estos jefes de agencia tienen que hacer lo mismo. Más con menos. Todos. Sin excepción. Ahora nos vienen con el cuento de los famosos “puestos esenciales con funciones técnicas y altamente especializadas, que no pueden ni deben ser atendidas mediante puestos en el servicio de carrera”. ¿Algún viaje a Marte se está cuajando y no nos hemos enterado? Debido a la crisis fiscal, desde marzo los ciudadanos estamos pagando un aumento en la gasolina. Desde julio estamos con menos chavos en el bolsillo por el aumento del IVU del 7% al 11.5%. Enormes sacrificios se realizan en los hogares para vivir con menos. ¿Qué pasa que en el Gobierno no pueden? O bailamos todos o se rompe la radiola.