La tarea de crear más puentes aéreos
Por más de una década, la industria aérea en Puerto Rico y el mundo experimentó una transformación radical, sazonada por muchos dolores de cabeza, tanto para las compañías de aviación como para sus clientes. Afortunadamente, el panorama hoy día, aunque no está exento de retos, pinta más alentador.
A nivel global, la industria aérea continúa creciendo aceleradamente, pese a que aún no goza de una rentabilidad consistente ni robusta, según destaca el informe Aviation Trends 2015, preparado por Strategy&, la división de consultoría estratégica de PwC.
Según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), estamos hablando de una industria que ha duplicado sus ingresos durante la pasada década, de unos $369,000 millones en el 2004, a unos $746,000 millones para el 2014.
Sin embargo, los márgenes de ganancia son raquíticos, por debajo del 3%, según el informe de PwC. Esto sin duda va a tono con el crecimiento que han tenido las aerolíneas de bajo costo.
Una mirada a cómo se ha comportado el mercado de Puerto Rico ayuda, en parte, a demostrar el tema de la rentabilidad. Tras las consolidaciones de las principales líneas aéreas grandes, las llamadas “low-cost carriers” como Jet Blue, Spirit y Southwest tomaron el sitial de líneas como American Airlines.
Aún con los retos de este cambio de composición, cabe señalar que la expansión de estas líneas con nuevas rutas desde y hacia Puerto Rico fue medular para que la Isla mantuviese sus puentes aéreos abiertos. Y durante los últimos tres años, pese a la salida de Iberia, American Eagle y a la disminución de rutas de American Airlines, Puerto Rico ha logrado atraer nuevos jugadores, entre ellos Air Europa, Avianca y la expansión de Seaborne, que mudó su sede aquí buscando llenar el espacio que dejó American Eagle.
Hoy en portada, nuestra periodista Yalixa Rivera explora la expansión de Seaborne Airlines y ofrece un panorama sobre el crecimiento de la industria en general. Dicha expansión, sin duda, es saludable para Puerto Rico, sobre todo en momentos en que nuestra clase empresarial abraza, hoy más que nunca, las oportunidades de exportación más allá de los Estados Unidos.
Dicho esto, Puerto Rico tiene que seguir trabajando fuerte en esa ardua tarea de conseguir nuevas rutas desde nuestra Isla hacia América Latina, Europa y otros destinos.