Continua la lucha por la paz
Vecinos de residenciales de la 65 de Infantería organizan marcha para erradicar la violencia
QAnte un panorama violento que sembró terror en los residentes de los residenciales Monte Hatillo y Berwind y otras comunidades aledañas a la avenida 65 de Infantería, líderes comunitarios crearon el comité “Paz para la 65”, una iniciativa que pretende promover el diálogo entre la comunidad. Y es que tras la balacera desatada el miércoles, 2 de septiembre, entre grupos rivales de esta zona, en el área se percibe un ambiente “turbador”.
Así lo describió el líder comunitario y maestro de matemáticas Fernando “Figue” Figueroa , quien lidera este grupo conformado por residentes de las Parcelas Falú, Jardines de Monte Hatillo, Monte Park y Berwind.
“Tras el evento sacaron los portones y nadie está tranquilo. La gente sale afuera, comparte y juega cartas, pero hay tensión. La normalidad es intermitente”, explicó.
Es por ello que ayer realizaron la marcha “Alto a la violencia” donde hicieron un llamado a los residentes para que los eventos del “miércoles negro”, como lo bautizó Figueroa, no se repitan.
“Se tiene que respetar a los pequeños, a los jóvenes y a las personas de la tercera edad que viven aquí y quieren tener una vida tranquila. La avenida es de todos y no se puede interferir en la cotidianidad ajena, mucho menos faltarle a los estudiantes que se educan en esta zona”, expresó a unas 60 personas que llegaron al parque de pelota de Jardines de Monte Hatillo para apoyar el evento.
“Por ahora queremos que la intervención sea entre nosotros. Fomentar el diálogo y reunirnos. La Policía puede hacer su trabajo, pero nosotros tenemos que actuar como la comunidad que somos”, continuó refiriéndose a los presentes.
Entre estos había profesionales que crecieron en los residenciales públicos y consideran que la acción comunitaria ayudará no sólo al cese de la violencia, si no a que la Administración de Vivienda Pública responda a sus reclamos.
Christian Valentín, quien el 3 de abril de 2010 fue a visitar a su padre a Berwind y recibió un disparo en el pulmón que iba destinado a otra persona, indicó que “desde el incidente, y gracias a nuestra insistencia, están poniendo luces en lugares clave de Monte Hatillo. Están haciendo mejoras necesarias para la seguridad”.
Tal parece que el compromiso de este maestro de educación física, egresado de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, no tiene límite. Después del suceso que casi le cuesta la vida ha seguido trabajando en el residencial porque ‘‘el norte de estos jóvenes es que se involucren en actividades recreativas’’.
Igual piensa el pastor Joel Hiraldo, quien se crió en Monte Hatillo y ahora reside en Virgina Occidental, Estados Unidos, donde dirige una iglesia hispana. “Cuando viví aquí era jinete. Ahora predico en un hipódromo y estoy liderando un proyecto para que los chicos de aquí entren a ese mundo”, manifestó.