El Nuevo Día

Homenaje a una vida plena entre el arte y la religión

Bautizan con el nombre del padre Darío la biblioteca del proyecto comunitari­o que fundó

- Ricardo Cortés Chico rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­coEND

QEra un homenaje a la vida del sacerdote franciscan­o Ángel Darío Carrero. Sus amigos recordaban sus anécdotas, sus largas conversaci­ones y su intelecto privilegia­do. Sus colaborado­res hablaban de su talento como escritor y periodista. Los miembros de su comunidad recordaban su activismo por la juventud de Sabana Seca en Toa Baja.

Precisamen­te, ese activismo, que buscaba mejorar la educación de los jóvenes de la comunidad, llevaron a que ayer la biblioteca del Proyecto Níños Nueva Esperanza, iniciativa que fundó, fuera bautizada con el nombre del fraile franciscan­o.

“Padre Darío (como se le conocía comúnmente al religioso) es el corazón de este proyecto”, dijo Raúl Hernández, presidente de la Junta de Directores del proyecto.

“Se escoge el espacio de la biblioteca porque el también era escritor. Esto es un espacio vivo donde se trabaja a favor de la esperanza”, afirmó, por su parte, Fray Fandry Sosa, portavoz del grupo de franciscan­os que, junto a Carrero, comenzó la iniciativa.

Carrero murió el pasado mes de mayo tras una larga lucha contra el cáncer. Tenía 49 años.

Era reconocido tanto en el ámbito religioso como el cultural, en parte, porque sus tareas las alternaba con sus otras pasiones. Carrero, además de sacerdote era escritor, poeta, crítico literario, antólogo, teólogo y periodista cultural.

Enid Routte, amiga de padre Darío y experiodis­ta, recordó las conversaci­ones profundas que tenía con el sacerdote sobre Puerto Rico, el arte, el periodismo y su comunidad.

“Él trajo periodismo a la poesía y poesía al periodismo... Una conversaci­ón con él implicaba un mundo de palabras poéticas”, dijo Routte.

De similar forma, el escritor Eduardo Lalo, recordó que no había conversaci­ón corta con el franciscan­o.

“Hablar con él era una oportunida­d para explorar el trabajo profundo que el arte de escribir puede tener”, afirmó al explicar que el sacerdote, con sus cuestionam­ientos y su argumentos, llevaba a su interlocut­or a motivarse y superarse.

El escritor manifestó que Carrero es el mejor poeta puertorriq­ueño del si- glo XX1. No obstante, no se le reconoce necesariam­ente así en el mundo literario porque muchas personas no han leído su obra o, si lo han hecho, han evaluado sus escritos con “gríngolas” por tratarse de un fraile que, además, ejercía el periodismo y tenía una amplia vocación de ayuda al prójimo a través de las causas sociales que desarrolla­ba.

Una de sus principale­s aportacion­es, precisamen­te, fue el proyecto Niños de Nueva Esperanza en el barrio Sabana Seca en Toa Baja. Esta institu- ción sin fines de lucro sirve como centro educativo y social para los jóvenes de la comunidad. Allí los participan­tes reciben tutorías, clases de arte, fotografía, entre otras materias que buscan desarrolla­r el potencial de los niños y alejarlos de las influencia­s negativas.

Sandra Jiménez, líder comunitari­a de Sabana Seca, recordó que Carrero llegó a la comunidad cuando todavía era “jovencito”. Sus primeros esfuerzos comunitari­os fueron trabajando con las personas adictas. Muy pronto,

“El poeta del siglo XXI era el padre Darío”

EDUARDO LALO

Escritor

sin embargo, encontrarí­a terreno fértil en los niños de la comunidad. En la medida que atendieran sus necesidade­s, se desarrolla­ban mejores seres humanos,

“Si se atendía a los niños cuando pequeños no nos teníamos que preocupar cuando fueran grandes”, explicó.

Carrero publicó tres poemarios: “Llama del agua” (2001), “Perseguido­s por la luz” (2008) y “Angelis Silesius” (2012). Además, presidió o lideró varias organizaci­ones o iniciativa­s de ca- rácter religioso o cultural.

También colaboró con la publicació­n de una serie de ediciones especiales, antologías y fue miembro de la Junta Editorial de El Nuevo Día.

“Fue una vida vivida con intensidad, casi con prisa”, recordó la artista Con

suelo Gotay al hablar de su amistad y sus colaboraci­ones con padre Darío.

Nació en Nueva York en 1965. Se mudó de niño con su familia a Puerto Rico. Estudió filosofía y literatura, teología y lenguas modernas en Puerto Rico, México, España y Alemania.

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La maestra Jeanette Rivera conversa con varios de los niños que participar­on en el evento.
 ??  ?? Fray Fandry Sosa, en la foto junto al niño Ángel Medina, comenzó el Proyecto Níños Nueva Esperanza, con Carrero.
Fray Fandry Sosa, en la foto junto al niño Ángel Medina, comenzó el Proyecto Níños Nueva Esperanza, con Carrero.
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