El plan fiscal y la tecnología
bien el plan fiscal presentado por el Gobierno de Puerto Rico el miércoles pasado dedica muy poco al tema de la tecnología, el reporte sí deja consignado que el aumento en su uso figura entre a las medidas de reducción de gastos a las que le están apostando.
El plan, que desde su divulgación la semana pasada no ha estado falto de críticas y detractores, menciona en la página 35 que entre las medidas para lograr eficiencias operacionales, el gobierno buscaría la implementación y culminación del plan de reorganización preparado por la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y que busca consolidar oficinas de gobierno, así como “un incremento en el uso de tecnología y servicios compartidos”.
Más adelante, el informe plantea el interés de unificar y modernizar los obsoletos sistemas de nómina del gobierno central, que actualmente no se comunica entre sí.
Específicamente, el plan fiscal propone el establecimiento de funciones completamente centralizadas de los sistemas del Departamento de Hacienda, a modo de generar comunicación significativa, visibilidad y beneficios de eficiencias.
Si embargo, el plan no entra en detalles específicos de cómo se buscaría lograr esas eficiencias con el uso de la tecnología.
Hoy en Revista Negocios, nuestra periodista Marie Custodio intenta contestar algunas de estas interrogantes, al plasmar en nuestra historia de portada, el plan en el que trabaja OGP, en conjunto con el Puerto Rico Information Technology Cluster.
Ciertamente, con los avances tecnológicos disponibles hoy día, que van desde sofisticadas plataformas para bases de datos hasta billeteras virtuales, la tarea de agilizar los servicios que ofrece el gobierno a los ciudadanos y empresas no debería ser una ardua.
Sin embargo, cuatrienio tras cuatrienio venimos escuchando ambiciosos planes para lograr estas eficiencias, mas es muy poco lo que se logra.
Pero en el Puerto Rico de hoy, ya no tenemos opción. Nos tenemos que mover y es ahora. El gran reto es ejecutar con urgencia un plan coherente, que agilice los servicios mediante el uso de la tecnología, genere ahorros para el Estado, elimine burocracia y, al mismo tiempo, proteja los datos y la información sensitiva del ciudadano. Si bien la tarea no es fácil, es vergonzoso que a estas alturas, Puerto Rico se haya quedado rezagado y revestido de obsolescencia. Nos toca llevar la Isla al Siglo 21. Ya no hay tiempo para jugar.