Inventemos
Mucho se habla de la “Industria del Conocimiento” y lo importante que es para el desarrollo sustentable de Puerto Rico. Se dice que aquí tenemos mentes brillantes, capaces de atraer capital extranjero y desarrollar nuevas industrias. Sin poner este planteamiento en duda, esto representa lo que por años se ha enseñado en las universidades del País, donde se nos educa con una mentalidad pasiva, y solo vemos como opción trabajar para una gran compañía y cumplir con lo que se nos requiere.
Las universidades se han distinguido por ser el centro del conocimiento y crecimiento de nuestra sociedad, pero en Puerto Rico no hemos logrado evolucionar y adaptarnos al mundo globalizado de hoy. El éxito de las universidades no debe medirse en el número de estudiantes que se gradúan, sino en la cantidad de inventos producidos por sus profesores y estudiantes, y la eventual comercialización de los mismos. Un ejemplo de esto es la Universidad de Massachusetts (MIT), donde el ingreso combinado de compañías creadas por ex-alumnos asciende a $2 trillones, equivalente a la undécima economía del mundo. Ejemplos como este nos plantea la necesidad de transformar la Universidad, de un centro de educación a un centro de Invención.
En un paso de avanzada, durante el mes de agosto, el RUM celebró formalmente la llegada de la primera clase de los programas académicos de Ingeniería en Software y Ciencias de la Ingeniería en Software, elemento crucial para el desarrollo tecnológico en Puerto Rico. Lo que poca gente sabe es que tardaron más de 12 años en crearse y, en una perspectiva global, llegamos 25 años tarde. Para pro- mover la invención debemos innovar la Universidad; haciéndola más ágil, con una visión global que evite quedarnos rezagados como ha pasado.
La Industria de la Invención Tecnológica extiende la Industria del Conocimiento, incentivando la creatividad con el fin de desarrollar soluciones novedosas y efectivas en la búsqueda de solucionar problemas, por más sencillos que puedan ser. El desarrollo de este tipo de invenciones tecnológicas está teniendo un gran auge en el mundo por el gran valor añadido a la sociedad. Ello se traduce en altos niveles de ingreso.
¿Cómo participamos de la Industria de la Invención Tecnológica? Podemos decir que todos ya estuvimos ahí. Cuando niños, éramos muy imaginativos, creyendo ser súper héroes, creando mundos perfectos en nuestras mentes, sintiéndonos invencibles, pero muchos lo dejamos ahí, en la niñez. La clave está en retomar ese deseo de crear y eliminar las limitaciones que nos imponemos sobre qué podemos hacer, o qué puede funcionar.
Para inventar, dentro o fuera de la universidad, necesitamos la combinación y sincronía de recursos, colaboradores y mentores que creen el ambiente base para la innovación. Es por esto que organizaciones como HackPR se han dado a la tarea de crear espacios propicios para crear sin limitaciones. Ejemplo de ello es la celebración de cinco “Hackathons”, incluyendo el próximo a celebrarse el 19 y 20 de este mes en el RUM. Son espacios donde no se tiene la presión de cumplir con instrucciones o requisitos de alguna clase o trabajo, son espacios para volver a inventar como niños sin noción de “lo imposible”.
En HackPR fomentamos la invención por medio de hacking, o en buen español, “hackeando”. Esto no se debe confundir con la práctica de traspasar la seguridad de sistemas de información. “Hackear” no es otra cosa que utilizar los recursos a tu alcance para crear algo nuevo; pero al final, las herramientas se consiguen y las destrezas se aprenden. Lo fundamental es tener las ganas de explorar y crear.
Uno no puede sentarse y pensar: “Voy a crear el próximo Apple o Facebook”. Las ideas no se enseñan o se estudian de un libro; surgen de exponerse al mundo y lograr identificar distintas maneras en las que podemos mejorarlo. Un ejemplo de esto lo vemos en la empresa Uber, compañía que nació de la necesidad de no tener que esperar por un taxi. Se trata de revertir el proceso y tú encuentras el taxi, no que el taxi te encuentre a ti. Una idea que, al pensarla hoy, parece obvia, pero nació de la necesidad de muchos, que solo unos pocos lograron identificar.
No necesitamos insertarnos en el mundo y su economía globalizada, ya estamos ahí por obligación. Necesitamos aprender a tener una visión global y ser partícipes activos de la invención. Dejar de competir entre nosotros y competir con el mundo. Es en el compromiso y la colaboración que encontraremos el catalizador de la Industria de la Invención Tecnológica en Puerto Rico.
HACKPR ES una organización sin fines de lucro manejada por estudiantes que implementa métodos de enseñanza no-convencionales como los hackathons para fomentar el desarrollo profesional y la creatividad en estudiantes.