Chef boricua brilla en San Agustín
El restaurante Michael’s Tasting Room, del puertorriqueño Michael Lugo, es reconocido como uno de los mejores de la ciudad y ganador de múltiples reconocimientos.
La histórica ciudad de San Agustín, en la Florida, está de celebración. Además de banderines, invitados de la realeza y muchos turistas que llegarán hasta allí para conmemorar los 450 años de su fundación, muchos de los visitantes también irán tras la fama del lugar que se está abriendo paso en el mundo culinario. Y un boricua, el chef arecibeño Michael Lugo, está poniendo su granito de arena en la gastronomía de ese destino.
Él es el dueño del Michael’s Tasting Room, reconocido como uno de los mejores restaurantes de la ciudad y ganador de múltiples reconocimientos, como un Award of Excellence en el 2007. Para la fecha, Lugo ya era parte importante del restaurante que antes se llamaba The Tasting Room, y que abrió en el 2006, pero no fue hasta el 2014 que se convirtió en propietario y chef ejecutivo.
Con la influencia de la comida de la abuela, a quien recuerda viendo cocinar en su casa y a la que le gustaba ayudar, Lugo, cuyos padres residen en Barceloneta, empezó a descubrir el amor por la cocina desde muy pequeño. "Siempre preguntaba qué estaba haciendo y cómo lo hacía", recuerda el chef.
Aunque de joven se convirtió en un excelente atleta y jugaba fútbol americano mientras estudiaba en la Universidad de North Texas, también se destacaba cocinando platillos para sus compañeros.
Su evolución hacia el mundo profesional lo llevó, entre otras cosas, a trabajar varios años con el reconocido chef Richard Chamberlain, en Texas, hasta que "el amor me trajo a San Agustín", dijo. Es en esta ciudad donde vive con su esposa Stephanie, quien es de Ohio y sus dos niñas, y con mucho esfuerzo y trabajo continuo ha logrado el reconocimiento no solo de locales, sino de turistas.
Su Michael’s Tasting Room es un lugar de comida innovadora y creativa, pero con gran influencia española. "Los sabores los traigo en mi sangre", dijo mientras él mismo nos atendía en uno de los salones de su restaurante, ubicado en la calle Cuna. Allí se encargó de servirnos una de las mejores paellas valencianas que hemos probado en cualquier parte del mundo y es precisamente esa atención al detalle, que aunque agotadora, lo que lo ha llevado a ser uno de los más exitosos empresarios de la zona.
"Sí, es mucho trabajo, porque aunque tengo gente extraordinaria conmigo y de todas las nacionalidades, como el
sous chef que es francés y varios polacos, yo tengo que atender mi negocio también", dijo el chef quien confirmó que tras esa paella es que van muchos de sus clientes, incluyendo numerosos boricuas. "Me satisface saber que vienen muchos puertorriqueños y se van muy contentos cuando notan que llevo el sabor boricua por dentro y por fuera, aunque describo mi comida como una creativa internacional", explicó.
Cuando se le pregunta si extraña la isla, Lugo dice que la siente cerca todo el tiempo, porque mantiene sus apegos y tiene mucha familia acá, pero además la visita frecuentemente. "La isla no se ha ido de mi esencia, sigue estando presente siempre", indicó.
El menú, que cambia por temporada, demuestra la importancia que tiene la fusión de sabores pero también que los ingredientes son uno de los aspectos fundamentales cuando se trata de satisfacer el paladar. Los buñuelos de bacalao con alioli de miel, su versión de la ensalada ceasar, con queso manchego y jamón ibérico y la lechuga romana artesanal, y el pork belly crujiente, entre otras exquisiteces, bien hace que valga la pena la visita a su restaurante que ofrece carnes y variados mariscos, así como variedad de tapas. "Aprendí desde pequeño la importancia de unos buenos ingredientes y ya adulto siempre busco lo mejor. Eso ha sido una prédica que me acompaña desde mi juventud en todo lo que hago. Traigo muchos de esos ingredientes de España ya que tengo muchos contactos allí y compro lo mejor. Un chef tiene que ser buen comprador de productos de calidad", dijo.
Al chef, de 41 años, que se describe como uno que hace recetas clásicas pero con técnicas modernas, le satisface saber que su restaurante no solo es famoso por su comida y postres como el tres leches y el creme brulée, sino también por eventos y experiencias como el
Chef’s Table y por su extensa carta de vinos.
El restaurante abre diariamente para cenas.