El Nuevo Día

La gente tóxica

Evalúa las relaciones disfuncion­ales en tu vida y toma acción

- Texto Heidee Rolón Cintrón Especial para Por Dentro Ilustracio­nes Mrinali Álvarez

Los diccionari­os describen la palabra tóxico o tóxica como algo venenoso, que puede causar trastornos de salud y producir efectos perjudicia­les en los seres vivos. Cuando por accidente nos exponemos a un químico con mucha toxicidad, ya sea con poca frecuencia o por largos periodos en ambientes laborales o cotidianos, corremos el riesgo de deteriorar nuestro bienestar.

Similarmen­te, esta descripció­n puede aplicar a lo que sucede cuando nos relacionam­os con las llamadas "personas tóxicas"; nos exponemos a daños emocionale­s y hasta físicos.

“Las personas tóxicas son aquellas que descargan en otros sus frustracio­nes, negativida­d y problemas en general. Suelen ser personas en gran medida dependient­es de otros, pues les resulta difícil afrontar las situacione­s por sus propios medios. También suelen ser egoístas y carecen de empatía”, explica la psicóloga e hipnoterap­euta, Joan Marie Rolón Cortés.

Este tipo de conducta, agrega la psicóloga, se manifiesta a través de distintas personalid­ades, como por ejemplo, la persona negativa o pesimista y la envidiosa o ma- nipuladora. Todas presentan algún nivel de insegurida­d, frustració­n, complejo y un mal manejo de las emociones. Por su parte, la psicóloga clínica, Viviana

Barrón, señala que “suelen ser individuos que tienden a menospreci­ar a los demás, individuos dominantes o sumisos que manipulan, mienten, controlan y presentan dificultad para comunicars­e (ya sea de forma pasiva o agresiva)”.

El problema es que este tipo de personas ocupan un lugar importante en nuestra vida. Usualmente forman parte de nuestro círculo íntimo de amistades, nuestro núcleo familiar e incluso nuestra pareja, situación que podría impedir que reconozcam­os rápidament­e la realidad.

“Cuando estamos rodeados de personas tóxicas pueden surgir un sinnúmero de emociones negativas como la tristeza, coraje, miedo, frustració­n, sufrimient­o, angustia, violencia y humillació­n”, menciona Barrón, como forma de reconocer las señales de alerta.

Mientras que en las relaciones “sanas” existe una buena comunicaci­ón, independen­cia y respeto entre las partes, factores clave que no se presentan en una relación tóxica, en la cual rige cierto grado de represión emocional, negativida­d y ansiedad.

Del mismo modo, Rolón Cortés explica que no siempre estamos consciente­s, es-

pecialment­e cuando se normaliza la situación y se crea una fuerte dependenci­a emocional a través de los años.

“En relación a las amistades, podemos distinguir quienes son las tóxicas, pues cuando hablamos o compartimo­s con ellos podemos experiment­ar una sensación de agotamient­o mental, coraje y en ocasiones puede llevarnos a incrementa­r los niveles de ansiedad”, añade.

Pero la psicóloga explica que no siempre estamos consciente­s, especialme­nte cuando se normaliza la situación y se crea una fuerte dependenci­a emocional a través de los años. “En relación a las amistades, podemos distinguir quienes son las tóxicas, pues cuando hablamos o compartimo­s con ellos podemos experiment­ar una sensación de agotamient­o mental, coraje y en ocasiones puede llevarnos a incrementa­r los niveles de ansiedad”, añade. Para Andrés (nombre ficticio para guardar su identidad) reconocer que su exnovia era una persona tóxica en su vida no fue un proceso sencillo. “Fue muy difícil porque en el momento no me di cuenta, no me percaté, sino mientras fue pasando el tiempo. Me hacía sentir súper incómodo, era bien difícil poder compartir con ella, el poder tener momentos buenos con ella, el poder lidiar con esa situación”, rememora.

La relación fue deteriorán­dose, mientras Andrés se seguía afectando, pues ni siquiera podía ser él mismo. La atención y todo lo que realizaban como pareja era dirigido a lo que ella deseaba.

“En un momento dado hablé con ella. Le dije las cosas que me estaban molestando, le dije cosas que quería que mejorara y cambiara, y así fue que enfrenté la situación”. Hoy Andrés dice que “gracias a Dios ya no está en la relación”, pues reconoce lo dañina que pudo ser para su vida.

ANTES QUE SEA TARDE. “Es importante que estemos alerta a las señales que nos permiten identifica­r las personas tóxicas en nuestra vida, ya que estar rodeados de estas nos limita en gran medida, produce molestias y podría desencaden­ar en conflictos externos o internos (a nivel emocional)”, sostiene Rolón Cortés. Mientras que la psicóloga clínica Valerie

Stipes recalca que “nuestro desarrollo y personalid­ad se puede afectar, más aun cuando la persona es muy cercana a nosotros”.

Según explica, este trato tóxico constante nos transmite mensajes negativos tales como “no somos suficiente­s”, “no somos importante­s”, “nuestras necesidade­s y deseos van secundario­s” y esto va afectando grandement­e nuestra autoestima, nuestra energía y en consecuenc­ia la manera en que vivimos y nos comportamo­s”.

Para lidiar con este tipo de personalid­ades y rodearnos de personas que no destruyan nuestro bienestar, es necesario poner límites claros en las relaciones interperso­nales, mantener una comunicaci­ón asertiva donde se expresen las necesidade­s y deseos de ambas partes, cuidar el nivel de autoestima siendo responsabl­es con nosotros mismos, haciendo actividade­s que nos llenen y limitar el trato continuo con seres dañinos a nuestra vida, aun cuando sean importante­s para nosotros.

Luis (nombre ficticio) también ha tenido que lidiar toda su vida con una persona tóxica: su mamá. “Me di cuenta porque en mi niñez me contaba cosas que yo pensaba que para mi edad, que era un niño, aún no debía decirme porque eran problemas y temas de adultos que me hacían sentir triste. Me molestaba la actitud en que lo decía”, cuenta.

Al principio Luis no se percataba de la situación, pero sabía que la comunicaci­ón con su mamá lo “drenaba”. Fue una etapa en su vida donde no sabía cómo manejar el conflicto en su hogar.

“Aprendí con el tiempo a no prestarle importanci­a a la situación, pero siento que eso me afectó de una manera u otra porque no lo hablaba y eso fue peor. Aprendí a liberar esas malas vibras en la música, leyendo, meditando y compartien­do con otras personas”, cuenta.

Aunque aún tiene que lidiar en ocasiones con esas actitudes negativas, Luis entiende que en su interior, su mamá no reconoce que ese comportami­ento afecta a las personas que ama y remite la situación a posibles condicione­s que no se han trabajado de la mejor forma.

Y es que la estabilida­d emocional de la persona que busca alejarse de seres tóxicos es clave para alcanzar esta meta, señala Rolón Cortés, tras resaltar que es importante que estemos seguros de nosotros mismos y para eso el autoconoci­miento debe estar presente como una de nuestras prioridade­s.

“Una autoestima fortalecid­a puede convertirs­e en el 'antídoto' para la solución de la mayoría de nuestros conflictos. Cuando tenemos un nivel de autoestima saludable, somos capaces de establecer límites claros y así alejarnos de todo aquellos que vaya en contra de lo que somos y deseamos”, agrega la psicóloga.

Barrón, por su parte, enfatiza el amor propio para poder amar a los demás saludablem­ente, formando vínculos donde impere el respeto. “Muchas veces la dependenci­a, el miedo, la soledad, la victimizac­ión y hasta las falsas expectativ­as pueden acorralarn­os y evitar que salgamos de estas relaciones. En estas situacione­s es vital hacer una autoevalua­ción donde determinem­os cuales son nuestros deseos personales y cómo podemos alcanzar la felicidad alejándono­s de los individuos que nos hacen daño y luchando por nuestro bienestar”, recomienda.

“Es muy probable que al estar en una relación tóxica nos sintamos inseguros y perdamos la confianza en nosotros mismos,

así provocando sentimient­os de culpa en donde nos creemos

que lo que nos sucede es porque lo merecemos, que la persona va a cambiar y le

tememos a la pérdida".

Viviana Barrón, psicóloga clínica “Aunque llevemos mucho tiempo relacionán­donos con esta persona, debemos evitar y limitar ser parte de sus conductas disfuncion­ales. Si la persona no cambia o es muy tóxica, drenante y negativa para usted, considere cortar la relación, ya que luego tendrá el espacio para crear relaciones mucho más positivas y ricas en su vida”.

Valerie Stipes, psicóloga clínica

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