Cuba se abre al mundo digital
En la desteñida y todavía bastante análoga Habana, hoy en día ocurre un hervidero de innovación digital ante los cambios en telecomunicaciones que prevén traerá la apertura con su altamente tecnológico vecino del norte, Estados Unidos. El mismito inventor de internet.
Estuve de visita en Cuba durante días recientes y hablé con expertos particulares en infraestructura de telecomunicaciones, con funcionarios del Estado y con usuarios de a pie de la web. Todos expresan gran fervor e intensa expectativa de que surgirá, a paso raudo, mucho avance y modernización de la infraestructura de la web cubana. Esto es apremiante, ya que sólo el 5% de los hogares cubanos tiene conexión a internet. Sin embargo, es usada por un 30% de la población de 11 millones.
La apuesta principal es en el adiestramiento de toda una nueva generación de comunicadores sociales y técnicos de infraestructura digital. La mayor actividad innovadora de espacios digitales se palpa ahora en la propia universidad del Estado.
La educación superior dispondrá este nuevo curso de 3,200 computadoras y de conexión por fibra óptica en 17 de las 23 universidades cubanas, confirmó Miriam Alpízar, vicetitular de Asuntos Económicos del Ministerio de Educación Superior (MES).
La meta oficial del organismo es reducir los niveles de obsolescencia tecnológica a su expresión más baja de esta década. Otra meta es convertir a corto plazo a formato digital toda la estadística del estado y toda la bibliografía de la educación superior.
Con miras a fortalecer los espacios comerciales digitales, los centros investigativos técnicos como el Instituto Internacional de Periodismo y Universidad de la Ciencia Informática realizan experimentos de nuevas pla- taformas informativas, innovan nuevos modos de transferencia de datos y establecen los más actualizados currículos y programados (softwares ) de adiestramientos disponibles en el mercado internacional.
MIRADA OFICIAL. El presidente de la Unión de Periodistas Cubanos, Antonio Moltó, aseguró que la meta prioritaria es mejorar la infraestructura de la prensa nacional y liberar de obstáculos el ejercicio de la profesión.
El periodismo, no obstante, permanecerá regida por el Estado aunque anticipó que con la apertura prevista con Estados Unidos habrá mayor flexibilidad de las restricciones de infraestructura y compatibilidad de sistemas técnicos, siempre dentro de los parámetros de la seguridad nacional.
“Hay en camino una nueva legislación para liberalizar el acceso a los funcionarios de modo que haya mayor rendimiento de cuentas”, dijo Moltó durante una larga conversación sobre las expectativas informativas del futuro en Cuba.
El profesor Fidel Rodríguez, coordinador del programa de hipermedia del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, es un investigador recio y dedicado a lograr mayores accesos a la data oficial, inclusive para darle mayor robustez a los espacios digitales comerciales del propio gobierno cubano.
“Buscamos comprender a cabalidad qué es lo que ocurre en cada momento dentro del escenario tecnológico internacional y lo adaptamos con celeridad a la realidad social de Cuba”, dijo.
Inclusive, los académicos de estos centros técnicos buscan hacia adentro de la propia sociedad civil cubana.
“Nuestras investigaciones cibernéticas nos indicaron que en La Habana surgió sin intervención del Estado y en poco menos de dos años toda una red informal de 20 mil personas interconectadas por cuenta propia. Es todo un fenómeno underground y nos interesa ver su funcionalidad”.
Explicó que la tendencia actual del régimen es no criminalizar tales prácticas de comunicación social, sino estudiar su viabilidad.
Por su parte, Maya Quiroga, una periodista telerradial, produce y escribe para portales comerciales fuera de Cuba.
“El Gobierno tolera ya tales prácticas para que los profesionales de los medios suplementen sus salarios estatales”. Incluso, indicó, a los propios estudiantes universitarios ya se le permite tener empleo a tiempo parcial para solventar sus gastos cotidianos. La educación universitaria es gratis en Cuba, pero los alumnos no reciben becas en dinero.
Rodríguez indicó que otro fenómeno comercial analizado por los académicos lo es el llamado “paquete” cibernético.
Se trata de contenidos de TV producidos en Estados Unidos, películas europeas o novelas de América Latina y hasta películas para adultos, todo grabado en CD o memorias portátiles y vendidas a suscripción mensual o en la calle al detal. Los precios varían según el grueso y la variedad de los contenidos.
El ingeniero técnico ya retirado Guillermo Arias opinó que el cubano es un aferrado consumidor del cine, la radio y la programación televisiva de entretenimiento desde el inicio de tales invenciones y no habrá regulaciones que apague el afán.
DIGITALES NATIVOS. La infraestructura telefónica digital 2G de Cuba data el 1991 y es satelital, pero es usada a capacidad por las nuevas generaciones. La juventud habanera es una acérrima usuaria de los redes sociales -formales e informales- de la web cubana entre los puestos de ancho de banda rápida en toda la capital provista por Etecsa, la telecomunicadora estatal.
Lugares en La Habana como la Rampa, a un lado de antiguo Hotel Hilton o la terraza del Hotel Presidente, a apenas una cuadra viejo malecón cubano en el Vedado, están atestados día y noche de jóvenes enchufados a los hot spots de WiFi que proveen las hospederías. Hay 35 spots públicos con amplio ancho de banda en la capital, pero sólo cerca de lugares de turismo, hospitales o en negocios del Gobierno.
“No puedo vivir ya sin conexión a la red. Me comunico con mis amistades en Cuba o en el exterior y con familiares en Miami todo el tiempo. Me siento como una ciudadano del mundo cuando estoy en la internet”, expresó Noa López, una joven universitaria que estudia contabilidad.
A su alrededor, cientos de jóvenes adultos teclean con ahínco sus smart
phones, los que adquieren a precios prohibitivos gracias a “donativos” de sus parientes en el exterior. A todo lo largo de las principales avenidas cibernéticas de La Habana, aguzados vendedores ilegales trafican tarjetas de conexión a la web por una hora de duración al equivalente de tres dólares. El precio legal es unos $5. Clientes y contrabandistas cibernéticos se conocen a cabalidad y se patrocinan mutuamente ante la vista benigna del Gobierno.
Se sabe que ejecutivos de AT&T, Verizon, Google y otras empresa norteamericanas visitan a Cuba con frecuencia para negociar la instalación de torres de microonda celular y ofrecer contratos de servicio. El Gobierno anda con cautela ante tales ofrecimientos y no deja de mirar hacia China, un país con buena telefonía, pero con firewalls protectores por todos lados.
En una Cuba cada vez más comercial, el régimen del presidente Raúl Castro va legalizando poco a poco la iniciativa privada como lo hizo con los paladares, los cuentapropistas de servicios y la agroindustria a pequeña escala.
“(Raúl) Castro tiene a China metido en la mente y ese será el sistema económico de Cuba en el futuro próximo”, afirmó el empresario particular Jesús Rodríguez. “No empece el nuevo acercamiento al capitalismo de Estados Unidos”.
IMPROVISADOS Una muestra de la nueva “adaptabilidad” del régimen frente al cada vez más insistentente empuje mercantil de los cubanos emprendedores son los custodios espontáneos que pululan por los estacionamientos y los sanitarios de las empresas turísticas del Estado.
Cientos sin empleo se comenzaron a apostar en los espacios de aparcar frente a hoteles, los parques, clubes de baile y restaurantes y pedían una “propina” a los visitantes por cuidar los vehículos.
El Gobierno entonces les confeccionó unos chalecos, les dio una licencia de negocio, proveyó libreta de boletos numerados y les comenzó a cobrar un porcentaje de las ganancias.
Estacionar ahora en las principales ciudades de Cuba o ir al baño cuesta al turista algo así como un dólar convertible en moneda cubana. Es una molestia, pero al menos, miles de personas no diestras tienen empleo y a largo plazo.