Ojo a pruebas a maestros
El Departamento de Educación analiza formular preguntas abiertas al examinar el peritaje de los educadores En lo que va de década, ha bajado el porcentaje de educadores de escuela elemental que aprueban la certificación
En los pasados cinco años, el nivel de aprobación de los candidatos a maestros que toman las Pruebas para la Certificación de Maestros (PCMAS) ha disminuido, al obtener resultados que fluctúan entre 54% y 86%.
En el caso de los educadores que tomaron la prueba para certificarse como maestros a nivel elemental, el porcentaje de aprobación disminuyó en un 12% al compararse los resultados de 2015 con los de 2010.
Este desempeño es materia de preocupación por el efecto que pueda tener en el salón de clases.
Estos datos fueron compartidos ayer por el Departamento de Educación (DE) y el College Board -entidad que ofrece y analiza las pruebas- durante una presentación a decanos de universidades que ofrecen grados en pedagogía. La presentación, durante la reunión anual con motivo del inicio del año académico, incluyó esta vez detalles de los cambios que se harán a la próxima edición de las PCMAS, buscando atender la reducción en el nivel de aprobación.
Desde la pasada década, la baja en la aprobación de las pruebas se ha observado en el sistema de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que suele obtener los mejores resultados.
En el recinto de Cayey de la UPR, que solía obtener los mejores resultados, la tasa de aprobación fue de 93% en el año académico 2005-06, 81% en 2006-07 y 78% en 2007-08. Mientras, en el recinto de Río Piedras el 91% de los alumnos aprobó la prueba en el 2005-06, 87% en 2006-07 y 85% en el siguiente año.
Al cierre de esta edición, el DE no había provisto los resultados más recientes de los candidatos a maestros de la UPR y de universidades privadas, como solicitó El Nuevo Día.
Mientras, el decano interino de la Escuela de Educación de la Universidad del Turabo, Israel Rodríguez Rivera , dijo que esa institución privada tomó medidas para fortalecer su programa y logró mejorar los resultados.
“Nuestro sistema cuenta con cursos ‘capstone’ (de cierre) y el estudiante hace exámenes análogos antes de tomar las PCMAS. Y así como estas hay muchas medidas. Hubo años que pasó el 66%. La última vez estuvo en 83%, un 17% de aumento”, destacó Rodríguez Rivera.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA. El secretario de Educación, Rafael Román, reconoció que la formación de los maestros es una responsabilidad compartida entre instituciones escolares (que los preparan desde niños) y universitarias. Sin embargo, hizo un llamado a la reflexión en las universidades que forman a los educadores.
“Nuestra visión longitudinal de cambio es que tenemos que preparar al estudiante desde el pre-K hasta el 12 (duodécimo), para que cuando llegue a la universidad tenga las competencias que haga a ese estudiante poder culminar su bachillerato y, en el caso de (los programas de bachillerato en) educación, que pasen la prueba. Así que hay una misión compartida”, afirmó Román.
“La universidad es la que tiene que reflexionar sobre sus niveles de aprobación de la prueba. No debe haber ningún maestro en el salón de clase ejerciendo que no haya pasado la prueba. En Educación tienen que ser HQT (Maestros Altamente Cualificados)”, aclaró.
VIENEN CAMBIOS. El subsecretario para asuntos académicos del DE, Harry Valentín, enfatizó ayer que, precisamente, para reforzar la calidad de la preparación de maestros y, por ende, de estudiantes, se harán cambios a las pruebas que deben aprobar para certificarse.
“La reconceptualización de las PCMAS lo que busca es una acción afirmativa concreta de fortalecer el programa de preparación de maestros”, dijo Valentín.
Los cambios van dirigidos a medir la capacidad de análisis, reflexión y comunicación de los candidatos a maestros. Para ello se reducirán los ejercicios de selección múltiple en las PCMAS y se incluirán de cinco a seis preguntas abiertas.
“El cambio en las pruebas para que el maestro responda preguntas abiertas conlleva una preparación para que ese maestro sepa transferir conocimiento a la solución de problemas, y eso está enmarcado en que la universidad tiene que hacer cambios en su manera de enseñar, más allá de solución de problemas, en términos de aplicación de contenido”, explicó, por su parte, Román.
OBSERVAN DESFASE. “El Departamento cambia cada cierto tiempo los estándares de contenido del sistema. ¿Vamos a enviar al maestro a estudiar cada vez que se cambia? El contenido el maestro lo conoce. Lo que a veces tenemos es un desfase en que no sabe cómo transmitirlo. El maestro es especialista en un contenido, ¿cómo se transfiere ese contenido en el salón de clases ante una pregunta pedagógica, a través de una pregunta abierta que no sea selección múltiple? En el salón de clase el estudiante no hace preguntas de selección múltiple. El estudiante hace preguntas donde requiere una contestación secuencial de un tema, con profundidad”, elaboró el el secretario de Educación.
En términos generales, los cambios a las PCMAS fueron bien vistos por decanos entrevistados, así como educadores que no han estado vinculados al proceso.
Recalcaron la importancia de que la prueba no se aleje de los requisitos educativos que imponen las agencias que certifican programas universitarios, y que la calificación de las respuestas abiertas sea hecha por varios evaluadores que sigan como guía una rúbrica debidamente validada, una rúbrica que tome en cuenta la diversidad de los programas educativos y la multiplicidad de inteligencias.
“Lo que ellos quieren es desarrollar a una persona cuyo conocimiento puede ser aplicado ampliamente, que pueda aplicarlo a diferentes áreas del conocimiento, que no sea solamente memorizar datos. Es un enfoque interesante”, comentó la profesora Teresa López, decana académica de la Escuela de Artes Plásticas en el Viejo San Juan.
BUENA ACOGIDA. La decana del Departamento de Educación del Arte de esa institución, Noemí Rivera, acogió optimista el reto que supone este cambio en las PCMAS y que anticipa llevará a hacer una revisión curricular de las universidades.
A Rivera le llamó la atención particularmente la necesidad de reforzar en los candidatos a maestros las destrezas de investigación y evaluación, teniendo en cuenta que sus alumnos viven en una época de cambios tecnológicos acelerados.
“El maestro no es única y exclusivamente para estar ahí enseñando su