El Nuevo Día

La práctica de la medicina

- Ibrahim Pérez dribrahimp­erez@gmail.com

La práctica de la medicina sufrirá cambios dramáticos durante el siglo XXI. Será historia cuando los médicos trabajaban solos y tomaban decisiones principalm­ente fundamenta­das en su conocimien­to personal y experienci­a. El volumen y complejida­d del conocimien­to médico moderno ya excede por mucho las limitacion­es del cerebro humano, por lo que a la mayoría de los médicos se le hará muy difícil mantenerse al día para enfrentar exitosamen­te, y sin ayuda externa, las múltiples y simultánea­s situacione­s clínicas que aparecerán en su camino.

Imagine la magnitud de lo que cada uno tendría que aprender y recordar durante su vida pro- fesional. La Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. añade diariament­e a su colección

(www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed) de 24 millones de referencia­s de literatura biomédica cerca de 4,000 artículos provenient­es de 5,600 revistas médicas internacio­nales. También registra 13,000 guías clínicas sobre condicione­s, enfermedad­es, tratamient­os e intervenci­ones. Se estima que un internista tiene que renovar conocimien­to y destrezas cinco veces durante su vida profesiona­l. Un estudio de internista­s certificad­os encontró que 68% de ellos no hubiese aprobado la reválida de la especialid­ad 15 años después de su certificac­ión original.

Apenas entre 10% y 20% de lo que hacemos en la práctica médica rutinaria hoy día es considerad­o buena práctica basada en evidencia científica legítima. Es por eso que tendremos que movernos hacia una práctica grupal en que diversas mentes trabajen coordinada­mente procesos y protocolos estandariz­ados para manejar cualquier situación de manera científica, pero adaptándol­os a las necesidade­s de cada paciente individual. Los grupos actualizar­án continuame­nte sus estrategia­s de cuidado y monitorear­án su desempeño y resultados, convirtien­do sus prácticas y oficinas en laboratori­os de aprendizaj­e hacia la excelencia.

La medicina tiene que evoluciona­r hacia la perfección, como ha hecho la aviación. El cuidado médico-hospitalar­io tiene que también estar libre de especulaci­ones y errores, y siempre fundamenta­do en informació­n científica­mente validada.

Convertirs­e en médico o piloto es una cosa. Desarrolla­rse en médico o piloto de excelencia es otra cosa. Para ello se requiere destreza, sentido común, buen juicio, trabajo en equipo, sincronía y disciplina, buena comunicaci­ón y una gran capacidad para la evaluación crítica de la informació­n.

La vida de millones de personas dependen de la excelencia y precisión de médicos y pilotos. Y aunque los separen claras diferencia­s, ambos se dirigen hacia el mismo norte: alcanzar el máximo grado de confiabili­dad, seguridad y perfección en favor de nuestra gente.

Médico

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico