La división Oeste de la Americana y la Central de la Nacional están al rojo vivo cuando restan menos de veinte desafíos por jugar
Entrando este mes, los Cardenales de San Luis estaban disfrutando de una cómoda ventaja de siete juegos sobre los Piratas de Pittsburgh en la división Central.
Nada extraño para un equipo que había estado dominando su grupo prácticamente desde el disparo de salida.
Quince días después esta ventaja se ha visto disminuida a apenas dos juegos y medio cuando solo restan 19 partidos en el calendario de ambas novena.
En lo que pudiera ser para muchos una señal de desgaste, San Luis (89-54) ha perdido ocho de las últimas diez salidas, y cuatro de sus últimos cinco partidos en la casa, donde realmente han sido invencibles durante todo la temporada.
Resulta preocupante el hecho de que los Cardenales, quienes poseen la mejor marca casera de la liga con 50-24, hayan tenido actuaciones tan desastrosas en este mes.
Seis de las pasadas ocho derrotas han sido en partidos relativamente abiertos. Vienen de perder tres de cuatro ante los inofensivos Rojos de Cincinnati.
San Luis, que cuenta con el mejor record de las Mayores, ha visto una vez más como una novena de Pittsburgh - amenaza segundo año seguido con despojarlo de esa primera po- sición en su división.
Encabezados por el receptor boricua, Yadier Molina, San Luis tiene ante sí seis juegos seguidos en la carretera. Anoche iniciaron una serie que debe ser cómoda ante los Cerveceros de Milwaukee. De hecho, doce de los 19 partidos que tienen en calendario los Cardenales son como visitantes.
¿Preocupante? No del todo. Sepa usted que los Cardenales cuentan con el mejor balance de ganados y perdido como visitantes en su liga y el segundo en todas las Mayores.
Luego de medirse a los Cerveceros, los Cardenales viajan a Chicago para medirse a los inspirados Cachorros, que amenazan con llevarse el segundo comodín de la Liga.
Entonces, San Luis regresa a casa para un itinerario bastante cómodo con siete partidos, tres ante Cincinnati y cuatro ante Milwaukee. Cierran con tres cruciales choques como visitantes ante Pittsburgh y ante Atlanta.
NO SE RINDEN LOS PIRATAS. En tanto, los Piratas siguen tan imprudentes como siempre y amenazan con hacer más daño.
Ya no solo piensan en uno de los comodines. Ahora van por más.
Pittsburgh (86-56) ha ganado 24 de los últimos 36 partidos y 45 de los pasados 69 para acercarse a dos juegos y medio y sacar ventaja amplia en el primero ‘wild card’ con cuatro juegos de ventaja de los Cachorros.
A los Piratas le restan 20 partidos en un itinerario bastante cargado. Esta tarde inician una serie en casa de cuatro partidos ante Chicago.
Luego viajan al otro lado del país para medirse tres veces a los Dodgers de Los Ángeles. Juegan cuatro ante Colorado y completan con tres partidos nuevamente ante los Cachorros.
Eso no termina ahí. Los Piratas regresan a su casa para intercambiar metrallas con San Luis en una serie de tres partidos que muy bien podría estar definiendo la división.
Pittsburgh no está solo en su empeño por llevarse el gallardete. Los enrachados Cachorros también tienen opción aunque en honor a la verdad, las posibilidades grandes de esta novena es con el segundo comodín.
Chicago (82-60) están a cuatro juegos de los Piratas en el comodín, pero tienen una ventaja amplía sobre los Gigantes de San Francisco para el segundo.
En la división, están separados por seis y medio de San Luis.
Los tres equipos de la división Central poseen las tres mejores marcas de la Liga Nacional. Así que es altamente probable que Chicago y Pittsburgh se miden en el choque suicida por el comodín de su circuito.
Por su parte, el Este de la Nacional pertenece a los Mets de Nueva York.
Con nueve triunfos en doce salidas en septiembre y con 28 victorias en sus pasados 39 salidas, los Mets se han alejado de forma decisiva de los Nationals de Washington, quienes lucían como favoritos antes del inicio de la campaña. Los Mets están a 9.5 juegos de ventaja en el Este.