Escapó el día en que inició su juicio
James Omar Santana González, conocido como Pilín, fue sentenciado a 165 años en prisión por el asesinato de Wesley Castro López
Una hora antes de que iniciara una vista en el juicio en su contra por asesinato, James Omar Santana
González cortó el grillete que le habían colocado las autoridades federales y se marchó sin dejar rastro.
La familia del ahora fugitivo alegó a la Policía que tuvo que salir de la residencia a hacer unas diligencias y al regresar solo encontró el grillete, informó el agente Héctor Orozo Torres, de la División de Homicidios, en el Cuerpo de Investigaciones Criminales, en Caguas.
El abogado de Santana González llegó al tribunal el día del inicio del juicio, en el Centro Judicial de Caguas, donde se enteró de la huida de su cliente, indicó Orozo Torres.
La Policía informó que se emitió una alerta para tratar de dar con el paradero del individuo y un grupo de agentes llegó al residencial Villa del Rey, en Caguas, donde residía, pero no lograron dar con este. VEREDICTO. La fuga no evitó que comenzara el proceso judicial. El juez
Jorge Díaz Reverón encontró a Santana González culpable de asesinar a
Wesley Castro López, de 26 años de edad.
El juez Díaz Reverón lo sentenció a 165 años de cárcel por un cargo de asesinato y cinco violaciones a la Ley de Armas.
El agente Orozo Torres explicó que el día de la fuga, Santana González debía decidir si aceptaba o no el acuerdo de declararse culpable por este caso, con una sentencia de 50 años de prisión.
El fugitivo, de 33 años de edad, fue uno de tres hombres que el 5 de febrero de 2013 acudieron al residencial Jardines de San Carlos, en Caguas, donde ultimaron a Castro López.
Según la Uniformada, Santana González pertenecía a una ganga de narcotráfico que dominaba la venta de sustancias controladas en varios residenciales públicos de Caguas.
El alegado líder de esa organización supo que Castro López, supuestamente, había comenzado a vender drogas en el residencial donde ocurrió el crimen y ordenó asesinarlo, reveló la esquisa policial.
“Ellos tenían problemas por el control de venta de sustancias controladas”, dijo el agente.
“Wesley intentaba establecer un punto allí y no le compraba el material a ellos”, añadió Orozo Torres antes de señalar que “Wesley pertenecía a la organización de la barriada Borinquen (en Caguas)”.
LA NOCHE DEL CRIMEN. Orozo Torres explicó que un lugarteniente de la organización a la que pertenecía Santana González avisó que Castro López se encontraba en las inmediaciones del residencial Jardines de San Carlos.
Santana González se enteró y supuestamente se lo comunicó al líder de la organización, quien le ordenó asesinarlo. El ahora fugitivo acudió al residencial con otras dos personas en un auto Lancer gris.
Castro López realizaba trabajo de mecánica en un auto, entre los edificios 5 y 6 del referido residencial y cerca del apartamento en que residía, fue atacado a tiros.
“Él nunca se percató de que ellos llegaron”, explicó el agente. Añadió que durante el interrogatorio, uno de los testigos declaró que, tras el crimen, Santana González hizo la expresión: “lo cogimos chilin, limber” en referencia a que no hubo resistencia ni contratiempos durante el asesinato.
“Uno de ellos se convirtió en testigo y el otro está siendo enjuiciado por estos cargos”, señaló el agente Orozo Torres.
Explicó que la víctima estaba de espalda cuando los gatilleros se le acercaron y le hicieron 38 disparos. En la
escena ocuparon fragmentos de bala de dos calibres. Una de ellas .40 y la otra era una glock 9 milímetros, informó la Policía.
LOS ARRESTOS. Cinco días después del crimen, durante un operativo de la División de Drogas en el residencial Villa del Rey, arrestaron a Santana González y le ocuparon una pistola calibre 40.
El testigo presencial del asesinato, cuyo nombre se reservó la Policía, indicó que la pistola .40 obtenida en ese operativo fue la que se utilizó para ultimar a Castro López. “Comprobamos que el testimonio de nuestro testigo era correcto”, dijo el agente Orozo Torres.
Como parte de la investigación se envió el arma al Instituto de Ciencias Forenses donde lograron confirmar la compatibilidad de las balas extraídas del cuerpo de la víctima con la referida arma de fuego.
Mientras, Santana González cumplía una sentencia en la cárcel federal por la posesión de dicha arma.
La Administración de Control de Drogas (DEA) le había radicado cargos por la posesión del arma, y fue sentenciado a cinco años de prisión. El individuo logró salir tras poco más de un año en la cárcel federal.
La salida fue condicionada al uso de un grillete y una probatoria, explicó el agente Orozo Torres, quien indicó que el ahora fugitivo también es buscado por las autoridades federales tras cortarse el grillete.
“Cuando le radicamos los cargos (asesinato y violación a la Ley de Armas) estaba en la cárcel federal, pero salió con la probatoria y se mantuvo en la casa con grillete”, dijo el agente que investigó el crimen.
SE QUITA EL GRILLETE. La Policía explicó que el ahora fugitivo compareció a las vistas y se completó el proceso de seleccionar el jurado, pero el día en que iniciaría el juicio -el pasado 29 de septiembre- no llegó.
“Aparentemente cogió miedo y el día en que iba a firmar el preacuerdo optó por quitarse el grillete”, dijo el agente Orozo Torres. “Nos percatamos como a la hora”.
Explicó que los familiares que vivían con él no han cooperado con ayudar a dar con el paradero de Santana González, a quien describió como un fugitivo peligroso.
El agente Orozo Torres dijo que el ahora fugitivo tiene familiares en Caguas y Yabucoa. La Policía sospecha que merodea esos municipios. “Entendemos que tiene que estar en el área de Caguas y Yabucoa y que no ha salido del país”, dijo.
Destacó que se trata de un fugitivo “sumamente peligroso. A los integrantes de esa organización se le han radicado (cargos) sobre diez asesinatos… la investigación en contra de él (Santana González) no se ha cerra- do”.
La Uniformada exhortó a cualquier persona que tenga información sobre el paradero de Santana González a que se comunique de manera confidencial al Cuerpo de Investigaciones Criminales de Caguas al 787-744-0322 o al 787-343-2020.