Más que reforma es una improvisación
Deseo expresarme en contra del proyecto de Reforma Educativa del presidente senatorial Eduardo Bhatia, ya que expresiones suyas contradicen el supuesto principio y fundamento de dicho proyecto.
En primer lugar, Bhatia dijo que el proyecto tiene la intención de despolitizar el Departamento de Educación (DE) y fomentar mayor participación ciudadana en la toma de decisiones relacionadas con el sistema público. Esto es falso, pues la Ley Orgánica 149, provee para dicho fin a través de la autonomía otorgada a las escuelas de la comunidad. Hay que añadir que aunque fomentar la participación ciudadana y de la comunidad escolar está incluido en dicha ley, la realidad es que es letra muerta para los funcionarios de DE.
Segundo, Bhatia dijo: “El mayor interés aquí es el niño, y más importante es que el niño sea el que se eduque”. Este principio ya está contenido en nuestro derecho constitucional y es el que da paso para que se cree y mantenga el acceso a una educación gratuita costeada por el gobierno.
En tercer lugar, Bhatia dice: “Hay que unirse a la lucha por una educación de la más alta calidad. Eso es lo que necesitamos tener”. Esto es a lo que todo maestro aspira alcanzar con sus estudiantes, es lo que nos motiva todos los días. Esto no se logra privatizando, se logra invirtiendo en recursos económicos, humanos, social y gubernamental. Solo así podremos transformar nuestro sistema público de enseñanza en uno de excelencia.
Cuarto, Bhatia dijo que actualmente el gobierno destina cerca de $9,000 anuales por cada estudiante del sistema público. Esto es otra mentira, esta más que comprobado que las escuelas carecen de materiales, equipos, recursos humanos y fiscales para poder llevar a cabo sus tareas diarias. En mi caso llevo más de seis años sin materiales y en los últimos tres años he tenido que comprar balones de voleibol y baloncesto para dar mis clases.
En conclusión, este proyecto lo menos que tiene es una reforma. Es una improvisación más de funcionarios que no tienen la capacidad de entender y atender los problemas reales que tiene el sistema de educación público.
Para lograr la transformación de los que todos hablan y no hacen se necesita voluntad política, compromiso y vocación con el sistema público de enseñanza, y entender que la educación de un país no es un gasto, sino una inversión.
Raúl Martínez García,
Guaynabo