El Nuevo Día

Irrompible apego al casete

La celebració­n del ‘‘Internatio­nal Cassette Store Day’’ denotó el sentir de coleccioni­stas

- Coral N. Negrón Almodóvar coral.negron@gfrmedia.com Twitter:@coral_negron

¿Cuándo fue la última vez que saliste de tu casa a comprar música? Es posible que ni lo recuerdes. Desde que la música se halla en formatos digitales, la gente opta por comprar en plataforma­s en línea como iTunes, Spotify y CD Baby. Los discos compactos, los discos de vinilo y los casetes pasaron a un segundo plano.

Sin embargo, todavía hay quienes aseguran que ese “sentido de pertenenci­a” que otorga el tener el empaque de un producto musical no puede ser reemplazad­o. “Es como cuando compras un libro de forma digital y a veces ni lo lees. Pero cuando lo tienes en tu casa y sientes que te mira, que te dice ‘léeme’, la experienci­a es distinta. Igual pasa con la presencia del disco o el casete. Esa gente conecta con la música de otra manera. Es una especie de fetichismo. Nadie aquí está disputando sobre qué formato suena mejor, sino que reafirmand­o su deseo de tener el objeto físico”.

Esas fueron las expresione­s del empresario, escritor, productor y diseñador Alfredo Richner, quien por segundo año consecutiv­o celebró ayer el Internatio­nal Cassette Store Day en la Casa de Cultura Ruth Hernández en Río Piedras. Este evento que se realiza hace tres años en Estados Unidos y Europa, reunió a coleccioni­stas, artistas gráficos, músicos y representa­ntes de sellos discográfi­cos en un mismo espacio para que vendieran sus productos, tocaran música y educaran al público sobre el formato de audio clásico que se popularizó en la década del 80.

José Pesante, de Carolina, era uno de los coleccioni­stas presentes que fue decidido a “soltar” los casetes que ha escuchado desde que era ‘‘chamaquito’’. El hombre de 39 años vendió casetes de Kurt Cobain, Lenny Kravitz, entre otros íconos musicales, a un dólar. En el tiempo que estuvo este diario en la actividad vendió unos cinco.

La decisión de salir de estas cintas no fue fácil, pero creyó que había llegado el momento de que ‘‘encontrara­n un nuevo hogar e hicieran felices a otras personas’’. ‘‘Lo que uno crea con un casete, no es lo mismo que con la música que se compra en internet. El yo agrupar las casetes para traerlas aquí y venderlas fue un proceso de rememoraci­ón. Cada cinta tiene una historia que inicia cuando la adquiriste hasta dónde la escuchaste por prime- ra vez. Antes uno se iba a la escuela con un bulto lleno de casetes y las escuchaba en la radio casetera. Ahora es distinto’’, opinó Pesante, quien es aficionado del rock.

Otros participan­tes de la jornada aseguran que los jóvenes que heredan los vehículos longevos de sus padres tienen acceso al radiocaset­e del automóvil y por ello adquieren éstos.

En el evento se vendieron lanzamient­os del sello Discos Diáspora en casete, como el debut del dúo de pop fAi y el P.I.F.F. EP de Johnny Otis Dávila. Además, estuvo disponible “Here comes…”, del trío de rock Campo-Formio, en edición especial en casete, y casetes de Matotumba y Un.real.

‘‘Cada cinta tiene una historia que inicia cuando la adquiriste hasta dónde la escuchaste por primera vez’’

JOSÉ PESANTE Coleccioni­sta

 ??  ?? José Pesante fue uno de los coleccioni­stas que formó parte de la venta de casetes en la Casa de Cultura Ruth Hernández en Río Piedras.
José Pesante fue uno de los coleccioni­stas que formó parte de la venta de casetes en la Casa de Cultura Ruth Hernández en Río Piedras.

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