La glándula tiroides Y LAS EMOCIONES
La glándula tiroides es una glándula misteriosa con forma de mariposa, ubicada en el cuello y que afecta todos los sistemas de nuestro cuerpo en las diferentes funciones vitales cuando se encuentra en estados de desequilibrio hormonal, como el hipertiroidismo y el hipotiroidismo. Esta tiene una presentación clínica variada y confusa en el área de las emociones.
Las enfermedad tiroidea es más común en la mujer en todas las edades y particularmente después de los 50 años, y presenta manifestaciones cognitivas, emocionales y motoras que confunden el diagnóstico y motivan, en ocasiones, la consulta a un profesional de salud mental.
El paciente presenta cambios en su estado de ánimo, depresión, apatía, ansiedad, cansancio crónico, aislamiento, trastornos en la memoria de corta duración y dificultad para manejar las situaciones de la vida cotidiana. Puede presentar insomnio o sueno excesivo, problemas de concentración, un hablar lento o muy rápido y movimientos musculares lentos o agitación motora, dependiendo del estado de deficiencia o exceso en la producción de hormonas tiroideas. Los síntomas neuropsiquiátricos se atribuyen a depresión mayor en la mayoría de los casos. Un 56 % de los casos de hipotiroidismo padecen depresión que mejora con reemplazo de hormona tiroidea.
La inflamación de tiroides o tiroiditis es una condición clínica que confunde al paciente, a la familia y al profesional de la salud por la variedad de síntomas físicos y emocionales que cubren un espectro amplio en las manifestaciones del desorden tiroideo y las emociones. Existe una fase hiperti-roidea inicial, seguida de una fase opuesta hipotiroidea con una recuperación luego de varios meses o con un hipotiroidismo permamente. Es común en mujeres jóvenes en el período postparto y, en ocasiones, se ha diagnosticado como psicosis postparto, por sus manifestaciones emocionales y cognitivas.
En la mujer madura, las crisis de llanto, el insomnio, el cansancio, la falta de concentración y la depresión se atribuyen al “cambio” llamado menopausia, al trastorno bipolar o al estrés situacional o laboral. El conocimiento de la prevalencia de la condición en la mujer postmenopáusica, puede facilitar un diagnóstico temprano y una terapia adecuada que mejora significativamente el estado emocional y la calidad de vida de las pacientes con desórdenes de tiroides. La vida adquiere un nuevo color cuando recuperan la energía con el reemplazo adecuado de hormona tiroidea. En casos de hipertiroidismo sucede lo mismo, la vida cambia, el peso se recupera, la calidad de sueño mejora, así como la ansiedad, los temblores y la pérdida de concentración y memoria resultantes del estado hipertiroideo. El elemento principal para el diagnóstico es incluir en el diagnoóstico diferencial del paciente los desórdenes tiroideos. Esto evitará la institucionalización de pacientes con depresiones severas que no responden a la terapia antidepresiva. Los profesionales de la salud mental cada vez reconocen y consideran la evaluación tiroidea como parte de la investigación del origen de la depresión, la bipolaridad o la agitación en sus pacientes. En el caso del desorden bipolar es importante recordar que el litio afecta la función tiroidea; por tanto, es importante periódicamente hacer la prueba de TSH y T4 libre para evaluar la función tiroidea.
Las emociones y los cambios de conducta mencionados anteriormente se identifican con facilidad en el paciente joven o de edad madura. Quiero enfatizar que existe un grupo de pacientes con una presentación atípica del desorden tiroideo que es difícil de diagnosticar y que ocurre en la población geriátrica, donde la presentación atípica de las condiciones es muy común unida a varias otras condiciones médicas. En el paciente geriátrico la alteración de la función tiroidea puede presentarse como: demencia, aislamiento social, apatía o como un cuadro clínico de una malignidad en hipertiroidismo atípico por la pérdida de peso, la falta de energía, la depresión que destacan en su presentación clínica. Es esencial evaluar la función tiroidea en en el paciente geriátrico con debilidad crónica y cambios cognitivos y emocionales.
La tiroides es una glándula que, en estados de desbalance, produce cuadros clínicos que pueden confundir por su presentación, particularmente en el área de las emociones y las alteraciones neuropsiquiátricas. Las emociones en el desbalance tiroideo tienden a confundir al paciente, quien, a veces, las niega por temor y también al profesional de la salud, si no considera la relación de la tiroides con las emociones y el cansancio crónico.
Es importante reconocer que las enfermedades tiroideas tienen una presentación con un amplio espectro de emociones y cambios físicos, que son causa reversible de depresión, ansiedad o demencia. Un índice de sospecha puede ser el elemento crucial para un diagnóstico temprano que se establece con pruebas de función tiroidea. La terapia de estas condiciones cambia la calidad de vida de los pacientes a cualquier edad.