El Nuevo Día

Cáncer de seno Y MEDICINA NUCLEAR

- Por Sandra Gracia, MD, DABNM, DABNC

El cáncer no es sinónimo de muerte en el siglo XXI. Todo depende del tipo de cáncer, cuán temprano se encuentre y del estadio en que está cuando se descubre. Ha habido progreso significat­ivo en el diagnóstic­o y el tratamient­o de muchos tipos de cáncer y esto ha permitido que cada día se encuentren más personas que se curan y otras que sobreviven durante años a muchos tipos de cáncer, especialme­nte si se detectan temprano y se utilizan las mejores prácticas médicas para tratarlo. El propósito del tratamient­o es curar al paciente y alargar la vida con buena calidad.

El cáncer de seno ocurre en mujeres y también en hombres, aunque con menor frecuencia. De acuerdo a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), la detección temprana del cáncer de seno sigue siendo la piedra angular para mejorar la sobrevida y el control de estos tumores. Los resultados del tratamient­o son mejores si el tumor se descubre temprano una vez se desarrolla. Es también necesario tener un diagnóstic­o confiable de la extensión de la enfermedad para proveer el tratamient­o más efectivo de acuerdo a la extensión del tumor. Es por eso que el PET/CT con 18Fluorode­o-xyglucosa (FDG) se ha convertido en una de las pruebas más útiles para evaluar las pacientes con cáncer de seno. Este estudio nos permite ver los tumores primarios, además de las metástasis a otras áreas del cuerpo y se utiliza, además, para evaluar si la terapia que se administra al paciente está siendo efectiva.

Vemos tumores de seno con un análogo de la glucosa porque sabemos, desde hace 80 años, que esta es una de las sustancias que usan esos tumores para crecer. Hay una correlació­n entre la intensidad de la captación de FDG y el grado de agresivida­d de los tumores. Entonces, es posible determinar si los tumores son agresivos para tratar el tumor primario e intentar impedir que se extienda. Además, si sabemos desde el momento en que se diagnostic­a, si ya el tumor se ha extendido a otros órganos, tales como los nódulos linfáticos o los huesos, podemos cambiar los tratamient­os de distintas maneras, con cirugías más agresivas o incluso con quimiotera­pia antes de la cirugía, para reducir el tamaño de los tumores.

Hay otros estudios que se utilizan rutinariam­ente cuando el diagnóstic­o de cáncer de seno se establece. Los estudios de huesos para buscar metástasis son comunes y el estudio del “nódulo centinela” es útil para evaluar los nódulos linfáticos. El nódulo centinela es el primer nódulo linfático que recibe los líquidos y las células del tumor en el seno. Se entiende que si hay células de tumor en ese nódulo, se debe hacer una cirugía más extensa que incluya los nódulos axilares. La importanci­a de este estudio es que la cirugía más agresiva resulta en más efectos no deseados, tales como adormecimi­ento, hinchazón del brazo y dificultad­es de movimiento del brazo y puede haber dolor a largo plazo. Si el nódulo centinela no tiene células tumorales se puede realizar una cirugía menos agresiva sin afectar la sobreviven­cia y que el paciente tenga una mejor calidad de vida.

La presencia de nódulos con células cancerosas en la axila correlacio­na con la sobreviven­cia del paciente de cáncer de seno. Otra ventaja del estudio de nódulo centinela es que al hacer imágenes moleculare­s del tórax completo podemos identifica­r, en ocasiones, más de un nódulo centinela y también nódulos en el otro lado del pecho, lo cual nos da informació­n muy importante y puede ayudar a los cirujanos y a los oncólogos a tomar decisiones con más informació­n y crear terapias más certeras e individual­izadas para cada paciente.

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