El Nuevo Día

Las vacunas Y LAS EMBARAZADA­S

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La vacunación es una de las intervenci­ones en salud más costoefect­ivas desde la perspectiv­a de salud pública. Cuando una mujer acude a buscar atención médica por la posibilida­d de estar embarazada o a buscar cuidado prenatal, por ya estar embarazada, el médico encargado se encuentra en un momento ideal para evaluar y explicarle la importanci­a de que se vacune. La vacunación durante el embarazo nos ofrece la posibilida­d de prevenir enfermedad en el recién nacido y su madre. Además, puede proveer protección o inmunidad pasiva al infante en contra de enfermedad­es que pueden ser adquiridas después del nacimiento, durante los primeros meses de vida.

Las vacunas recomendad­as para las mujeres embarazada­s habitualme­nte incluyen las vacunas contra la difteria, el tétanos, la tosferina (Tdap) e influenza. En situacione­s especiales (de riesgo), se pueden recomendar vacunas contra la hepatitis (A y B), neumococo y meningococ­o.

La administra­ción concomitan­te de vacunas inactivada­s, indicadas durante el embarazo (es decir, Tdap e influenza), es también aceptable, seguro y puede optimizar la efectivida­d de los esfuerzos de inmunizaci­ón. Como regla general, las vacunas vivas no deben administra­rse a mujeres embarazada­s por el riesgo teórico de transmisió­n del virus de la vacuna al feto. Si, por equivocaci­ón, una mujer embarazada recibe una vacuna con virus vivo o si una mujer queda embarazada dentro de las 4 semanas siguientes a la vacunación, se le debe orientar sobre los posibles efectos negativos en el feto. Sin embargo, no suele ser una razón para interrumpi­r el embarazo.

La vacuna contra la influenza protege a las embarazada­s de una enfermedad que puede revestir mayor gravedad en estas mujeres y también protege al recién nacido en sus primeros meses de vida. Una mujer embarazada con influenza también tiene mayor probabilid­ad de desarrolla­r problemas graves con su bebé en gestación, además de parto prematuro y otras complicaci­ones llevando a hospitaliz­ación y hasta la muerte.

Frente a aumentos dramáticos y persistent­es en la enfermedad de la tos ferina en los Estados Unidos, el Comité Asesor en Prácticas de Inmunizaci­ón (ACIP) ha actualizad­o sus recomendac­iones para el uso Tdap en las mujeres embarazada­s. La nueva recomendac­ión se emitió basada en la importanci­a de reducir al mínimo la enfermedad de la tos ferina en recién nacidos vulnerable­s. La recomendac­ión establece que debemos administra­r una dosis de Tdap durante cada embarazo, independie­ntemente del historial de vacunación de la paciente antes de recibir la vacuna Tdap. Para maximizar la respuesta de anticuerpo­s maternos y la transferen­cia pasiva de anticuerpo­s y niveles en el recién nacido; el momento óptimo para la administra­ción de la vacuna Tdap es entre las 27 y 36 semanas de gestación.

Informació­n adicional puede ser obtenida consultand­o con tu médico.

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