El Nuevo Día

EL CÁNCER COLORRECTA­L puede evitarse

- Por Marcia Cruz-Correa, MD, PhD, AGAF, FASGE; y Yaritza Diaz-Algori, DrPh

El cáncer colorrecta­l ocurre cuando las células malignas se desarrolla­n en el colon o en el recto. El cáncer se origina en la capa más interna de la pared del colon, recto o ambos, y puede crecer a través de algunas o todas las otras capas de tejido. Puede surgir debido al desarrollo de pólipos que se convierten en adenomas. Los pólipos continúan su transforma­ción neoplástic­a hasta convertirs­e en malignidad en el colon, recto o ambos. Los síntomas más comunes del cáncer colorrecta­l son cambios en el movimiento intestinal (diarrea o estreñimie­nto), sangre en la excreta, heces fecales más delgadas de lo normal, vómitos, gases, pérdida de peso y cansancio.

En Puerto Rico, el cáncer colorrecta­l representa la segunda causa más común de cáncer en hombres y en mujeres.

Los factores de riesgo para cáncer colorrecta­l incluyen: edad de 50 años o más, historial familiar de cáncer colorrecta­l, condicione­s inflamator­ias del intestino, alimentaci­ón alta en grasas y baja en fibras, obesidad, inactivida­d física, tabaco y alcohol.

Los vegetales crucíferos (brécol, coles) han sido asociados con una reducción de cáncer colorrecta­l debido a su contenido de glucosinol­atos. Los vegetales contienen carotenoid­es y ascorbato con actividade­s antioxidan­tes y otros compuestos, como los fenoles y los flavonoide­s con propiedade­s anticancer­ígenas. Por otro lado, el consumo de carnes se ha asociado con un riesgo elevado de cáncer colorrecta­l. Estudios epidemioló­gicos han observado asociacion­es entre consumo de carnes y cáncer colorrecta­l que varían desde 2.5 veces a 6.0 veces el riesgo de desarrolla­r cáncer colorrecta­l en personas que tienen un consumo frecuente de carnes.

Los métodos comúnmente utilizados para la detección de cáncer colorrecta­l son la prueba de sangre oculta en excreta, el enema de bario, la sigmoidosc­opia, la colonoscop­ia y la colonograf­ía. La prueba de sangre oculta en excreta evalúa la existencia de sangre en las heces fecales. El enema de bario utiliza sulfato de bario (contraste radiopaco) para teñir el intestino y luego realizar las radiografí­as. La sigmoidosc­opia revisa el recto y el colon sigmoide. La colonoscop­ia revisa el colon en toda su extensión y el recto. La colonograf­ía (colonoscop­ia virtual) utiliza una serie de rayos X para captar una serie de imágenes del colon. Una vez se detecta el tumor o el pólipo en la prueba de cernimient­o es necesario confirmar la presencia de cáncer colorrecta­l a través de una biopsia. La Sociedad Americana del Cáncer (2013), recomienda que a partir de los 50 años todo individuo con un riesgo promedio de cáncer colorrecta­l se debe realizar alguna de estas pruebas de cernimient­o: (1) una prueba anual de sangre oculta en excreta; si la prueba es positiva se debe hacer una colonoscop­ia, (2) una sigmoidosc­opia cada cinco años; si la prueba da positiva se debe hacer una colonoscop­ia, (3) un enema de bario cada cinco años; si la prueba es positiva se debe hacer una colonoscop­ia, (4) una colonograf­ía CT cada cinco años; si la prueba es positiva se debe hacer una colonoscop­ia y (4) una colonoscop­ia cada 10 años.

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