¿VACUNAS PARA ERRORES CONTAGIOSOS?
Muchas de las correcciones del Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) “no tienen [...] una base lingüística [...]”, nos dice Moreno, pues “se deben a los mismos mecanismos lingüísticos que han dado origen a la mayoría de las formas del español estándar escrito culto”. Mire, por ejemplo lo que dice el DPD de expresiones como este agua. «La fuerte asociación que los hablantes establecen entre la forma eldel artículo y el género masculino [...] ante sustantivos femeninos que comienzan por /a/ tónica: un alma, algún hacha [...] provoca, por contagio [...] la incorrección de utilizar las formas masculinas de los demostrativos este, ese y aquel [...]: *este agua, *ese hacha, *aquel águilacuando debe decirse esta agua, esa hacha, aquella águila. El contagio se extiende, en el habla descuidada, a otro tipo de adjetivos [...]”. ¡Auxilio! ¡Socorro! Llamen al médico por favor. ¿Contagio? ¡Qué afán de alarma! La explicación de expresiones como este agua es la analogía y no el contagio o “descuido que quiera achacar la RAE a los hablantes”. Ese “el” de el agua es una forma del artículo femenino que, igual que la, deriva del antiguo ela, del latín illa: ela agua. Pero los hablantes, naturalmente, asocian los determinantes (el, este, ese y aquel) con los artículos masculinos. Mírelo: (la) agua pasa a > el agua; (esta) agua pasa a > X agua donde X es igual a este, por analogía con el (nada de contagios). El hablante identifica ese artículo el como masculino cuando se trata de una variante femenina por razones históricas. Si el es “ella”, se confunde cualquiera. Ni contagios ni descuidos... ¡Anda!, ¿tendrá en agenda la Irreal poner una clínica de vacunación para “errores contagiosos”? Son capaces.