La atrofia vaginal se puede tratar
La atrofia vaginal es un cambio común y tratable que ocurre después de la menopausia y afecta a millones de mujeres. Con la ausencia de estrógeno, asociada a la menopausia, la vagina se pone fina, pierde lubricación y baja el pH. Estos cambios pueden llevar a resequedad, infección, irritación, picor y quemazón en la vagina y la vulva. Estos cambios pueden causar rechazo a la relación, por el dolor.
La atrofia vaginal es común, fácil de identificar y existen tratamientos disponibles que pueden mejorar la condición y la calidad de vida.
Las hormonas sistémicas (orales, parches, gel, emulsión, aerosol aplicadas en la piel y un anillo vaginal) usadas para tratamiento de síntomas vasomotores, suelen tratar los síntomas vaginales. En pacientes que persisten con dispareunia (dolor al tener las relaciones) y en aquellas en las que los tratamientos sistémicos no están indicados, se pueden utilizar tratamientos vaginales.
La Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS) recomienda comenzar con el uso de lubricantes vaginales antes de pasar a tratamientos hormonales.
Recientemente, por iniciativa de NAMS, se solicitó a la Administración de Drogas y Alimentos (entidad federal que regula el uso de medicamentos, FDA, por sus siglas en inglés) que modifique la información de la utilización del estrógeno local en la vagina, ya que estas recomendaciones son para el uso de estrógeno sistémico y no es lo mismo cuando se usa localmente en la vagina
Hay varias opciones de tratamientos vaginales disponibles, como cremas, tabletas y anillos vaginales. Recientemente, fue aprobado el uso de un tratamiento oral que tiene otro mecanismo de acción. Todas estas opciones son efectivas y bien toleradas.
El tratamiento vaginal debe ser individualizado, tomando en cuenta la selección de la paciente, el seguimiento y la supervisión del médico. Recuerda que debes consultar a tu médico para escoger el tratamiento adecuado para ti.