IMPORTANCIA DEL EJERCICIO en la prevención y el tratamiento de la obesidad
Está ampliamente comprobado que las causas principales de la obesidad son la mala alimentación y la falta de actividad física. A su vez, los estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado que la falta de actividad física unidos al sobrepeso y obesidad son unos de los principales factores de riesgo para el aumento de la incidencia de enfermedades cardiovasculares en hombres y mujeres.
En el pasado, se pensaba que bastaba solo con modificar los hábitos alimentarios para prevenir y tratar el problema de la obesidad, pero, la realidad es que aunque la nutrición adecuada es fundamental para la pérdida de peso, se ha demostrado la gran importancia del ejercicio físico para este fin y los múltiples beneficios que obtenemos de los ejercicios, entre ellos la prevención de enfermedades cardíacas, mejoramiento de la circulación, aumento de la capacidad pulmonar, mejoramiento de los niveles de glucosa, y disminución del colesterol y triglicéridos, entre otros.
Todos los efectos físicos mencionados contribuyen a desarrollar un sistema fisiológico eficiente, lo que proporciona un cuerpo más saludable y fuerte, con una mayor capacidad cardiovascular para el disfrute de las actividades del diario vivir.
Un trabajo adecuado de resistencia o fuerza bien realizado, a unas cargas de entrenamiento considerables, producen una mejora fisiológica que aumenta la independencia funcional y las condiciones de vida, disminuyendo las principales causas de muerte.
A nivel general, el entrenamiento de fuerza en personas obesas se traduce en una serie de mejoras, como: la mejoría en el tono y masa muscular, mejor coordinación intra e intermuscular y mejoras neuronales. Tanto el entrenamiento de resistencia como el cardiovascular disminuyen el efecto del envejecimiento, mejoran la independencia funcional y la calidad de vida, reducen el riesgo de patologías osteoporóticas y articulares, disminuyen la cantidad de grasa corporal, mejoran la capacidad de control postural y equilibrio, y también reducen el riesgo de caídas y fracturas.
El trabajo de fuerza y resistencia es concebido como un aspecto imprescindible en un programa de acondicionamiento físico, reducción y control de peso en personas con sobrepeso y obesidad. Así que, a ejercitarse y a entrenar "con furia".