GIGANTE DORMIDO EN LA FLORIDA
Al menos 700,000 boricuas son elegibles para votar en el “Estado del Sol”, pero muy pocos se interesan por la política de EE.UU. Activistas ponen en marcha esfuerzos para motivarlos de cara a los comicios de 2016
ORLANDO, Florida.- Kelman Santos se mudó hace cuatro años a Kissimmee, pero sigue conectado a los medios de comunicación de Puerto Rico, más informado de los debates políticos en la Isla que de los estadounidenses.
Como simpatizante de la estadidad, por ejemplo, conoce de la batalla primarista que se ha puesto en marcha en el Partido Nuevo Progresista (PNP) entre los precandidatos a gobernador Pedro Pierluisi, comisionado residente en Washington, y Ricardo Rosselló. Apenas se ha acercado al debate electoral estadounidense.
Myrna Ramos vive en Orlando desde finales de la década de 1990. Nunca le ha interesado la política, ni la de Florida ni la de la Isla. Conoce de la demócrata Hillary Clinton, pero solo confía en que el próximo presidente de Estados Unidos no sea “el arrogante de Donald Trump”.
Santos y Ramos son dos de los cientos de miles de boricuas en Florida a los que quieren llegar grupos como Boricua Vota, que en su caso piensa que se necesita ponerle “salsa y pique” al proceso electoral en Florida central para agarrar la imaginación de potenciales votantes puertorriqueños, que crecen cada día.
POTENCIALES ELECTORES.
Con poco más de un millón de puertorriqueños que residen en Florida, los potenciales electores boricuas eran más de 700,000 en diciembre de 2014, según los datos de la Encuesta de la Comunidad del Censo federal.
En las presidenciales de 2012, sin embargo, menos de la mitad de los boricuas con 18 años o más estuvieron inscritos. Pero, tres de cada cuatro que se registraron salieron a votar.
Aunque prefieren a los demócratas sobre los republicanos, a la hora de afiliarse a un partido cada vez más se registran como independientes.
En un estado clave para cualquier elección presidencial, el voto flotante boricua es uno de los grandes botines de 2016.
BORICUA VOTA.
Esta organización, que impulsa la participación electoral de los boricuas de Florida, reconoce que el puertorriqueño se siente poco motivado a participar en los comicios del estado. Por ello, promueve que se organicen caminatas amenizadas por pleneros y caravanas al estilo de Puerto Rico, como se comenzó a ensayar en la campaña del presidente Obama para las elecciones generales de 2012.
“El elector puertorriqueño no está acostumbrado a las elecciones en Florida. Aquí se vota para todo. Pero, ven la política aquí como algo bien aburrido, porque es bien aburrida. Decidimos no solo educar, sino poner en marcha un estilo de propaganda similar al que se usa en Puerto Rico”, dijo Rafael Benítez, portavoz de Boricua Vota.
TRUMP.
Como en el resto de la población en Estados Unidos, la precandidatura del multimillonario Trump, que ha ofendido a amplios sectores de la comunidad hispana con sus comentarios prejuiciados en contra de los mexicanos, ha llamado la atención de los puertorriqueños de Florida central.
“Creo que Donald Trump tendría un impacto muy negativo para nosotros los latinos”, dijo Kelman Santos, quien es pintor de oficio.
El mayagüezano John Acarón, graduado de ingeniería del Recinto Uni- versitario de Mayaguez (RUM), vive en Florida desde hace 30 años, últimamente en Gainesville. A Acarón Trump le simpatiza. “Trump es un empresario que puede ayudar la economía”, dijo Acarón, quien expresó que está “completamente a favor” del comentario de Trump de que muchos de los indocumentados mexicanos que entran a Estados Unidos son “narcotraficantes y criminales de todo tipo”.
Roberto Mercado, amigo de Acarón desde los años en el RUM y residente de Kissimmee, se considera apolítico, pero entre los precandidatos es Trump quien capta su atención. “Trump sabe hablarle a la gente”, expresó Ezequiel Dickerson Nieves, de padre sueco y madre boricua. Dickerson residió en la Isla entre los 5 y 11 años. Ahora con 21, vive en Kissimmee.
Dennis Rodríguez, quien trabaja
“Los republicanos se dedican mucho a favorecer las grandes empresas” DENNIS RODRÍGUEZ Puertorriqueño de Kissimmee “Donald Trump sabe hablarle a la gente” EZEQUIEL DICKERSON NIEVES Boricua residente en Kissimmee
para una empresa que vende piscinas a nivel internacional, se quedó a vivir en Florida tras graduarse de la Universidad de Miami. Va tres veces al año a Puerto Rico, donde considera que las cosas están muy mal.
A Rodríguez le gusta la política. Pero, entre los 15 republicanos y cinco demócratas precandidatos a la Casa Blanca, no ve “a nadie que tenga las cualidades” para suceder al presidente Barack Obama. De los republicanos, objeta que se centren tanto “en favorecer a las grandes empresas”.
“No hay inspiración en esta campaña”, dijo, por su parte, Florencio Guevara , de 69 años, maestro retirado y autor de libros espiritistas. Entre los boricuas de Florida entrevistados hay mucha preocupación por Puerto Rico, en medio de una aguda crisis fiscal que puede provocar un impago y complicar más la situación social de la Isla.
“Puerto Rico es un desastre económica y políticamente. Tengo tres propiedades en Puerto Rico. Mi objetivo ha sido retirarme en la Isla, pero no puedo hacerlo con tanto crimen y corrupción”, afirmó Acarón.
Antonio Rivera, por su parte, se jubiló del Ejército hace una década. Por Orlando haber sido su último des-
“No tengo interés en la política. Nunca lo he tenido” INGRID SANTOS Boricua residente en Sanford
tino se quedó a vivir en esa ciudad. Ahora estudia Teología y como casi todos los entrevistados advierte que la posición que asuman los precandidatos presidenciales con respecto a Puerto Rico va a influenciar tremendamente su voto.
“Quiero escudriñar qué traen a la mesa, pero hasta ahora han sido muy ambiguos”, indicó Rivera.
Para José La Luz, veterano sindicalista de la Federación de Empleados de Gobiernos Estatales, Municipales y Condados que ha trabajado para las campañas presidenciales demócratas en Florida, una de las metas -como se discutió en el Encuentro Nacional de la Diáspora Puertorriqueña-, “es articular un proyecto que haga posible una educación e inscripción electoral sin precedentes”.
Al ritmo que crece la población boricua en Florida, puede ser necesario inscribir hasta 250,000 nuevos electores de cara a noviembre de 2016.
Para ello pueden requerirse entre $3 y $5 millones. Y el respaldo de organizaciones que están más acostum- bradas a financiar proyectos con tendencia partidista
El Encuentro Nacional de la Diáspora Puertorriqueña, efectuado los días 13 y 14 de octubre, concluyó sin la aprobación de una declaración formal. Pero fueron enumerados una serie de principios que asumió el nuevo grupo de funcionarios elegidos boricuas de Estados Unidos y Puerto Rico, fundado el pasado día 14.
De cara a la creación de una Agenda Nacional Puertorriqueña, que se espera establecer a principios de 2016, el borrador de declaración “llama a la unidad entre los puertorriqueños en Estados Unidos para el desarrollo de un plan de acción que proporcione a nuestra comunidad mayor visibilidad e influencia”.
La tarea debe ser, dijo el sindicalista La Luz, ir más allá de las presidenciales de 2016, para “construir un poder político duradero y tratar de tener impacto sobre los asuntos que más afectan a nuestra gente, desde las oportunidades de trabajo y educación, hasta el acceso a vivienda”.